2. Ray Donovan (temporada 1)
Si me ofrecen cualquier otra serie de esas que tantos adoran y venden humo con ellas, a cambio del cine negro, la violencia y la mala leche de Ray Donovan, no lo cambio ni en mi peor día. Uno de los estrenos del año, la serie más perversa, dura y mejor escrita que se puede encontrar en kilómetros a la redonda. Con unos sensacionales Liev Schreiber, nuestro Ray Donovan, y su padre Jon Voight. Ambigua, directa, llena de mala uva… Episodios como “A Mouth Is a Mouth” o el enorme final de temporada, “Same Exactly”, son perfectos para enganchar a la gente en una pequeña obra de arte televisiva.