Crítica Torrente 5 Operación Eurovegas película dirigida por Santiago Segura con Santiago Segura, Jesús Janeiro.
Mejor que la cuatro. Un divertido disparate gamberro. No se percibe cansancio en la saga.
Torrente 5 da la sensación de que tenemos Torrente para rato. La saga no da muestras de agotamiento y en mi opinión mejora la entrega anterior, reduciendo la escatología en beneficio de un despliegue de reparto que para los menesteres de evasión pura y dura que se disfruta mejor rodeado de amigotes en plan gamberro son auténticas estrellas. Por un lado Segura se tiene ya muy controlado su personaje del derecho y el revés y está tan afinado como un violín a la hora de sacarle jugo al mismo por asociación con sus colegas de reparto extremos. Por ejemplo Jesulín de Ubrique funciona mucho mejor de lo previsto ante las cámaras. No es un actor, obviamente, pero para el cometido que Segura le encarga realizar en este largometraje, cumple de sobra y hay bastante química entre el ex torero y el personaje que interpreta Segura. Mejora el resultado de algunos compañeros anteriores de Segura en esta misma saga. La película arranca fuerte con un despliegue de chistes encadenados, visuales y verbales, algunos de máxima actualidad. Da la impresión de que han estado liados con el doblaje añadiendo nuevos gags verbales casi hasta última hora para estar lo más pegados posible a la actualidad más rijosa, casposa, golfa y siniestra de nuestros miserables días y las pesadillas cotidianas que suelen regalarnos los políticos con sus corruptelas en el día a día del telediario. El hecho de situarla en un futuro inmediato le permite a Segura elaborar algunas puyas con muy mala leche que imponen en ese arranque una saludable crítica social disparatada desde el momento en que el protagonista pone un pie fuera de la cárcel. Naturalmente no voy a revelar los chistes porque bastantes golpes de humor se han reventado ya con las filtraciones sobre el argumento, cameos o momentos de la película, pero sí les diré que me he reído bastante con las alusiones futbolísticas y sus cameos correspondientes, y que toda la parte del robo propiamente dicho es bastante divertida, aunque toda esa eficacia humorística esté más atenuada en la parte previa de la explicación del golpe idealizada por Torrente que precede a ese fragmento de disparate. En los cameos, como siempre ocurre en la saga, hay algunos mejores y otros más flojos, pero la plantilla de los guardias de seguridad tiene mucha miga y numerosas sorpresas, Neus Asensi está espectacular, Esteso tiene más papel, Mari Carmen sin sus muñecos es una grata aportación estilo tebeo de Ibáñez, Cañita Brava es un fenómeno a poco que le pongan una cámara alrededor, y Carlos Areces es el tipo que más risas te puede sacar simplemente con ponerse unas gafas de culo de vaso. Lo suyo con la comedia sigue siendo un valor seguro para generar risas. Y Alec Baldwin en clave de villano se zambulle en la parodia como si le fuera la vida en ello.
En definitiva, que Torrente 5 es lo que se esperan sus seguidores y la mayoría de espectadores. Entenderán ustedes que quienes a después de cinco entregas se siguen rasgando las vestiduras y se aplican a la crítica feroz de la misma haciéndose los sorprendidos ante esta saga ya son víctimas de la pura pose, porque Torrente no pretende ser otra cosa distinta de lo que es. Segura tiene muy claro lo que hace. Tiene claros sus objetivos. Se puede coincidir con ellos o no, pero están ahí, y no engañan a nadie. Torrente mezcla la sátira político social con la sal gruesa, bromea con la escatología, le hace guiños a modas, costumbres y famosos, tira más del gag visual que del verbal, recluta con absoluta desvergüenza personajes populares para adornarse en algunas escenas, se regodea en la celebración de su propia versión del esperpento, pero en ningún momento pretende haber descubierto la pólvora en esto de hacer el gamberro como método para fabricar sonrisas, risas y hasta carcajadas.
Torrente sigue funcionando porque no engaña a su público. Les da exactamente lo que promete y lo que quieren.
Miguel Juan Payán
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