Potente visualmente, pero sin el respaldo de un buen guión. Lo que quiere decir que el envoltorio es muy bonito, aprovechando la ciudad de Nueva York y un tono de narración cercano al documental, pero que no tiene un guión suficientemente sólido a ningún nivel para respaldar ese aporte visual. Ni la trama, manida como pocas, ni los diálogos, que asustan por momentos, ni los intérpretes, están a la altura de cómo cuenta la historia, que recuerda por momentos a Sin Frenos, pero no tiene ni su reparto ni su sentido del entretenimiento por el mero entretenimiento. Aquella era una historia de acción sin complejos ni segundas intenciones, con una persecución casi continua a lo largo de la ciudad. Y Tracers quiere ser algo más, quiere ser más seria. Y no le sale.
Un joven repartidor en bicicleta, endeudado hasta las cejas, se cruza por casualidad con una joven experta en parkour, lo que le llevará a sumarse a su grupo, entrenar y acompañarles en sus peligrosos trabajos, sin saber lo que realmente le espera, sobre todo tras el líder de la banda… aunque la situación es tan desesperada para él que no le importará meterse de cabeza en la boca del lobo. Y la trama es sencilla, simple, no necesita más. El problema es cuando no se da cuenta de qué terreno pisa y se mete en camisas de once varas en el desarrollo de los personajes y su pasado, con dramas paternales, historias de abandono, amores imposibles y los previsibles giros de guión.
Le viene grande no porque no deba hacerlo. Sino porque lo hace de forma incorrecta. Con tópicos, más tópicos y unos poquitos tópicos más, con sorpresas que se ven venir a la legua (el final, por ejemplo) y con personajes secundarios poco o mal dibujados (el villano, el hermano, la familia con la que vive el prota…). Los diálogos son preocupantes, y refuerzan los clichés, y las interpretaciones… no tienen poso. Lautner tiene carisma, pero tiene problemas a la hora de transmitir a la cámara. Avgeropoulos está mejor en cualquier episodio de Los 100 que en la película. Con eso queda todo dicho. Esos son los grandes lastres de la película y lo que acaba condenándola…
Porque entretener entretiene, mantiene el ritmo y apenas pasa de la hora y media de duración, las escenas de parkour son espectaculares (ojo al robo del banco por ejemplo), y Lautner se marca un Tom Cruise y hace él mismo casi todas sus escenas de riesgo, que no son pocas, si no todas. Se nota, le da credibilidad y sorprende. El tono documental, cámara en mano, fotografía muy determinada… ayuda con el dinamismo y el estilo cercano y callejero de la película. Y no se asusten, no es cámara en mano temblorosa que no permite ver nada. La acción se ve perfectamente y es muy espectacular, aunque le falta quizá llevarla un punto más allá… Pero si entre escena y escena de acción hay largos momentos de miradas al atardecer, romance previsible y soso, y pasado trágico salpicado de diálogos cómicos, la fuerza se pierde y queda en mero entretenimiento.
Jesús Usero
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