Comedia sobre un peculiar grupo de ladrones con guión de los hermanos Coen. Y no sé si me pasa sólo a mí, pero empiezo a pensar que los Coen para esto de la comedia no terminan de funcionar. Sus golpes de humor en sus películas son excelentes, pero cuando se trata de adscribirse al género de forma más directa… No sé, pueden ser imaginaciones mías, pero Crueldad Intolerable no terminaba de cuajar, Ladykillers tres cuartas de lo mismo… O mejor dicho, en los últimos tiempos no les funciona la comedia por sí misma, ni siquiera en Quemar después de Leer. Porque películas como O Brother o El Gran Lebowski son otro cantar. O quizá es cosa mía, y que me parece mucho más interesante su trabajo en películas como Valor de Ley, Muerte entre las Flores o Fargo que Arizona Baby. También está el hecho que del guión que escribieron a la película que vemos… puede haber mucho trecho…
Aquí la historia, un remake de Ladrona por Amor protagonizada en los 60 por Michael Caine y Shirley MacLaine, nos presenta a un experto en arte que decide estafar a su jefe, un imbécil arrogante y engreído, para lo que elabora un plan perfecto que incluye la presencia de una chica americana clave para el desarrollo. Sólo que el plan sale mal, como podemos imaginar. O no, según se mire. Ningún plan es perfecto. Y pese a un reparto con nombres como Colin Firth, Cameron Diaz y Alan Rickman, no termina de funcionar la propuesta. Sin compararla con la original, con la que apenas comparte los nombres de los personajes y un plan para estafar a un millonario. Algo no funciona en lo que parecía un plan perfecto.
Es una comedia, pretende ser británica y elegante y, sin embargo, los chistes tardan en llegar, pese al arranque prometedor, no termina de encontrar su tono de humor, ni su ritmo narrativo. La primera escena realmente divertida, el robo del jarrón Ming del hotel y las peripecias de Firth, con visita a la habitación de una señora por el camino (la cara estoica de Firth no tiene precio), llega tarde y, lo peor, demuestra ser un pegote narrativo que no sirve a la historia en ningún momento. Estorba. Y nos hace darnos cuenta de que, ni hay química entre los protagonistas, ni nos interesa lo que nos está contando.
Saltándonos los chistes simplistas y racistas (esos japoneses), es una película aséptica. No molesta, no implica, no hace reír… Hace sonreír, tiene a un Alan Rickman que se come al resto del reparto sin despeinarse, a un buen Colin Firth, como siempre (pero su falta de química con Diaz es preocupante), tiene algunos golpes de humor que funcionan. Pero con esos mimbres, ese reparto y esos guionistas… Tenía que haber quedado una muy buena película, no Un Plan Perfecto, que de puro impersonal y errática, termina siendo algo cargante por momentos. Elegante, pero fría. Distraída, pero esperábamos algo más…
Jesús Usero.
Opiniones del público a cargo de nuestro redactor Víctor Blanco. Follow @veblanco
COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK
