Peter Docter, co-director de Up! nos cuenta distintas peripecias sobre la realización de la película en los siguientes vídeos. La película ha puesto el listón muy alto en lo que se refiere a hacer avanzar hacia la madurez el cine de animación en 3D. Up! desarrolla más y mejor que nunca antes la creación de personajes humanos que nos hacen olvidar su naturaleza de dibujo animado a los treinta segundos de aparecer en pantalla. Consigue por ello ser un relato de aventuras que no se deja atrapar en el corral de los temas tradicionales del cine de animación, sino que muy al contrario los explota con singular astucia para liberarse los tópicos, como en el caso del antropomorfismo de los animales parlanchines, tirando de un sentido del humor elegante y muy efectivo, Al final le da al público lo que quiere sin caer en lo previsible, paseándose por la cuerda floja entre la realidad y la ficción con gran habilidad.
Ejercicio tan impecable en lo visual como nos tiene acostumbrados Pixar, Up! es la mejor apuesta que yo he visto hasta el momento para hacer que el cine de animación en 3D se ponga a la misma altura del cine en imagen real en lo que se refiere a guión, desarrollo de personajes, interpretación, el increíble uso de la luz y del sonido… Pero cuenta con la gran ventaja de poder trasladarnos a un paisaje cuyos logros visuales son imposibles de recrear en una película de imagen real.
Es una apuesta por la aventura, la imaginación y la fantasía que tiene todos los ingredientes de los grandes clásicos del género, y recupera para el cine esa capacidad de evasión total, llevándonos a otro sitio completamente distinto desde el momento en que se inicia la proyección.
Por otra parte, sus primeros diez minutos son una de las más sencillas y completas historias de amor que hemos visto en el cine en mucho tiempo: todo un manual sobre lo que realmente importa y lo que puede llegar a unir a dos personas para toda la vida, contra viento y marea. Es también una sencilla explicación sobre los motivos que nos llevan a vivir en pareja aunque sepamos que ése es el camino más directo del sistema para sacarnos los cuartos y domesticarnos definitivamente.
Tiene además otra cosa que me ha gustado especialmente, lo que yo llamo el espíritu de Grupo salvaje: hasta el rabo todo es toro, y nunca es tarde para inflar unos cuantos globos y darle un corte de mangas al sistema. Su manera de tratar la vejez es todo un poema de cómo hay que tener ganas de pelear hasta el último segundo del último asalto de la vida, y por qué nunca hay que juzgar por las apariencias.
Hacía ya tiempo que no volaba yo tan lejos con una película de animación.
Por cierto: ¿es manía mía o realmente el explorador del dirigible al que presta su voz Christopher Plummer, es clavadito a Kirk Douglas, con hoyito en la barbilla y todo?
Miguel Juan Payán
CHARLA CON EL DIRECTOR DE LA PELÍCULA, PETE DOCTER
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PASEO CON LOS EXPLORADORES SALVAJES
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VISITA A LOS ESTUDIOS DE PIXAR
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