Veraniego spin-off de Las vacaciones de una chiflada familia americana y su correspondiente secuela, donde se pone de manifiesto que los clanes que meten la pata juntos siempre se lo pasan mejor que si lo hace cada miembro por separado.
En los aรฑos ochenta, Chevy Chase y Beberly DโAngelo dieron vida a los excรฉntricos Clark y Ellen Griswold: un matrimonio que, al lado de sus dos querubines, hizo reรญr al personal con su particular manera de disfrutar de unas American holiday en condiciones. Las dรฉcadas transcurridas parece que no han borrado aรบn el buen sabor de esas aventuras, en las que cualquiera podrรญa reconocerse durante alguno de sus viajes, y de ahรญ la actualizaciรณn cinematogrรกfica orquestada por los casi debutantes John Francis Daley y Jonathan M. Goldstein.
El planteamiento por el que la pareja de creadores ha apostado tiene la ventaja de ser lo suficientemente simple, como para soportar sin problemas la sucesiรณn de chistes y situaciones sacadas de contexto que nutren esta obra de comicidad masificadora.
Para empezar, el guion centra su atenciรณn en un protagonista con complejo de inferioridad, que ve cรณmo se le pasa la existencia sin saber en quรฉ consiste disfrutar de su family. El tipo, que responde al nombre de Rusty Griswold, trabaja como piloto de lรญneas comerciales, pero se siente menospreciado por el resto de su gremio. Casi sin darse cuenta, los veranos siempre suceden sin emociรณn alguna para este rutinario hombre, y eso que cuando era un simple adolescente sus padres (Clark y Ellen) se dejaron la piel por darle a รฉl y a su hermana unas vacaciones de traca de feria. Por este motivo, el protagonista adopta una tรกctica diferente para las vacas que se avecinan: llevar a su esposa y a sus dos vรกstagos a una excursiรณn por carretera hacia el Waley World, quemando kilรณmetros cual turistas sin agobios. No obstante, lo que el individuo no esperaba es que el trayecto iba a resultar un tanto desenfrenadoโฆ
El gesticulante Ed Helms y la no menos histรฉrica Christina Applegate toman el testigo de Chase y DโAngelo (los cuales, por cierto, hacen un cameo bastante descafeinado) al frente de un filme que no se aleja mucho de sus precedentes de 1983 y 1985. Daley y Goldstein hilan un buen nรบmero de gags cargados de tรณpicos, desde el de las fraternidades al de las detenciones por escรกndalo pรบblico, sin olvidar el de los guรญas neurรณticos y el de los camioneros supuestamente asesinos. Todo para montar una cinta que tiene la gracia de la brevedad situacional; pero que carece de un mayor poso de reflexiรณn humorรญstica, aparte de un mรญnimo de sentido argumental.
Incluso la colaboraciรณn sorpresiva de Chris Hemsworth, como un texano algo pasado de atributos sexuales, resulta poco estimulante en medio de una pelรญcula que no ofrece novedad alguna respecto a un subgรฉnero (el de las families desastrosas) demasiado transitado por la industria estadounidense.
Quizรก, una de las cosas mรกs ingeniosas de Vacaciones sea la cuidada presentaciรณn de los tรญtulos de crรฉdito, con fotomontajes que sรญ provocan la risa colectiva ante escenas que rompen la retorcida normalidad por la que discurre el resto del metraje.
Jesรบs Martรญn
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