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miércoles, abril 24, 2024
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Vengadores: la era de Ultrón *****

Vengadores: la era de Ultrón *****Era difícil pero han conseguido que sea incluso mejor que la primera

Los artífices de Vengadores han hecho lo que era necesario y exigible: no volver a contarnos la misma película. Vengadores: la era de Ultrón no comete el error de muchas secuelas nacidas en el seno de la explotación meramente comercial y sin nada nuevo que contar sobre la película original. Al contrario: es una película distinta de la primera. Y eso es bueno. Muy  bueno. Si nos hubieran contado otra vez más o menos lo mismo habría sido un grave error. Lo bueno es que no obstante consiguen mantener el mismo espíritu de la primera entrega. Mantienen las claves esenciales, y sobre las mismas edifican su evolución de personajes, situaciones y conflictos  creando un producto que no se limita a copiar su precedente ni cae en la trampa del mimetismo, sino que se empeña en desarrollar su propia personalidad. Y además progresa en la madurez de la propuesta. Vengadores: la era de Ultrón desarrolla muy bien los personajes que nos presentó en la primera entrega. Y además demuestra una gran astucia en ese terreno, porque consigue sorprender al espectador con el desarrollo hacia la madurez de personajes que en la primera película eran de carácter aparentemente –sólo aparentemente- secundarios frente a los pesos pesados (Iron Man, Thor y Capitán América). Muchos pensábamos que la gran sorpresa iba a ser Visión. Que Visión sería el equivalente de lo que fuera la grata sorpresa de Hulk en Vengadores. Pero eso habría sido demasiado previsible, y el secreto de esta saga es precisamente la capacidad para sorprender. Así que han sabio maniobrar para que efectivamente Visión tenga un papel destacado y protagonista muy eficaz en el desenlace de la trama, sin que por ello se limite a replicar las claves dramáticas esgrimidas con el personaje de Hulk en la primera entrega. Muy al contrario: para quien esto escribe la gran sorpresa de esta segunda entrega la aporta el personaje de Ojo de Halcón interpretado por Jeremy Renner, que es quien en un momento determinado se convierte dinamo sobre la que se articula toda la segunda parte del relato como elemento de unión entre los personajes. El desarrollo del arco de este personaje desde la primera película a la segunda es ejemplar. Una auténtica lección de cómo narrar y llevar un argumento que comenzó siendo película de superhéroes a un nivel de mayor solidez dramática. Es el personaje que mejor ejemplifica la madurez de Vengadores: la era de Ultrón frente a Vengadores. Ojo de Halcón es además clave en su interactuación con los otros dos aciertos de incremento de reparto de esta segunda película, los gemelos: Mercurio y la Bruja Escarlata. Habría sido muy fácil caer en la trampa de limitarse a añadir más personajes a la fórmula siguiendo las pautas de presentación de personajes marcadas por la segunda película, pero es la madurez en elegir otro camino novedoso para presentar a estas dos nuevas incorporaciones y la manera en la que se maneja su aportación a esta segunda película lo que define las altas cortas de acierto del guión de Vengadores: la era de Ultrón. Mercurio y la Bruja Escarlata no son meros adornos secundarios, no responden a la codicia recaudatoria que se hace notar en otras sagas dispuestas a añadir personajes pensando en llenar de novedades las estanterías de figuras de las jugueterías y añadir ingresos a base de merchandising. Todo lo contrario. En primer lugar, tienen un protagonismo muy definido dentro del relato general del resto de personajes, y además aportan su propia personalidad al mismo. Que tengan protagonismo es una tarea ardua, porque la película maneja aquí mayor número de personajes. Pero que además consigan que su huella en el conjunto de la historia y en el resto de los personajes no sea meramente anecdótica o accidental es una grata sorpresa. Transmite la solidez y la madurez con la que se ha concebido este proyecto. El superpoder de la Bruja Escarlata permite introducir en el relato los lados oscuros del resto de Vengadores, pero a través de los mismos incorpora personajes y elementos que prestan mayor solidez y ejercen como cemento para construir la continuidad del Universo Marvel en el cine. Además abre paso con elegancia sutil al progreso del papel de Ojo de Halcón en la trama general, estableciendo de paso vínculos aún más estrechos entre los personajes principales que permiten dar al espectador un dibujo más completo de los mismos y sientan las bases de la evolución del grupo de superhéroes de cara a la segunda parte del relato y a sucesivas películas. En cuanto a Mercurio, su aportación al relato es más modesta, incluso episódica, pero consigue mayor contundencia en la resolución del mismo en el desenlace, y además protagoniza un plano en picado asociado a Ojo de Halcón en el transporte realmente genial en su capacidad para definir el objetivo de humanización de los superhéroes que triunfó como clave de la primera entrega y se manifiesta aún más sólidamente en esta segunda. Ese proceso de humanización afecta igualmente a personajes como los de la Viuda Negra y Hulk, que ganan muchos puntos de desarrollo en esta segunda película sobre una base que recuerda a ratos al mítico King Kong y que en lo referido al personaje de Scarlett Johansson introduce una visión del pasado que incorpora a la versión cinematográfica elementos esenciales del pasado del personaje en los cómics que consiguen esquivar el tono de bidimensional que podía estar atrapando al personaje a tenor de sus apariciones en Vengadores y Capitán América: el soldado de invierno.




Ese es uno de los grandes aciertos de la película: los Vengadores son aquí más humanos que nunca, sin por ello dejar de ser superhéroes. Además la película consigue integrar a la perfección los elementos y personajes claves para la continuidad como son Nick Furia, Máquina de Guerra, el Halcón, María Hill… introduce el paisaje de Wakanda dándole un papel muy interesante y espero que con vistas a un desarrollo posterior más amplio a Andy Serkis, que pide a gritos más tiempo en pantalla sin el acompañamiento de efectos visuales.

Además de todo lo anterior, que mejora la primera, la película incluye más épica, más combates en grupo, más acción, más “universo Marvel” y sobre todo eso un Ultrón absolutamente temible, ejemplar como supervillano y perfectamente trasladado de la viñeta al celuloide. Dicho sea de paso un gran ejercicio de interpretación de James Spader, que hace mucho más que simplemente ponerle voz al personaje. Enorme el tipo. Dicho sea de paso, hablando de lo enorme, igualmente grande el fragmento postcréditos y la utilización del 3D, que por una vez es realmente completa, acertada, y hace que merezca la pena aguantar las gafas.

Por ponerle alguna pega, esperaba algo más del personaje de Visión, pero tal como está y por su interactuación con Thor, me doy por satisfecho.

Miguel Juan Payán

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