Crítica de la serie Warrior. Temporada 2
Una de las mejores series de artes marciales regresa con más fuerza que nunca.
Si la primera temporada me pareció un éxito por su ritmo, su reparto y sus maravillosas artes marciales, la segunda me parece el paso perfecto y en la dirección adecuada para que la serie siga creciendo. Es más de todo, pero sobre todo es más interesante, más inteligente y nos presenta muchos nuevos caminos y cruces entre personajes que antes no creíamos posibles. Por ejemplo eliminando alguna subtrama romántica de difícil interés, y haciendo que los personajes tengan más definido su camino, su destino y lo que les hace ser quienes son. La primera temporada trataba de asentar esas bases y en esta segunda, el camino parece más claro, dejando a todos los personajes tiempo y espacio para crecer pero quizá no como muchos pensaban.
De hecho la nueva temporada toma un rumbo algo distinto porque cuando comienza encontramos a Ah Sahm de vuelta en la tríada y colaborando en las misiones nocturnas de Ah Toy, mientras participa en combates en un nuevo local, donde nuevos personajes y misterios aparecen, relacionados con el sur y la frontera. La lucha de poder en las altas esferas continua, con el alcalde enfrentado a su esposa, ahora al frente del negocio familiar, con los irlandeses cada vez más dispuestos a hacer explotar la ciudad por la falta de trabajo y oportunidades, y la policía tratando de controlar la ciudad que cada vez está más descontenta por los continuos asesinatos de personas relevantes. Además el joven Jun busca su lugar dentro de la organización de su padre, y Mai Ling y Li Yong intentan mantener el control de los negocios con la llegada de un nuevo y peligroso socio.
Por supuesto hay que confiar en el reparto. Ya conocíamos a Andrew Koji y Joe Taslim, que son como dos caras de la misma moneda, dos personalidades de Bruce Lee presentadas en dos personajes distintos. El mayor problema de la temporada es que mientras Koji crece, Taslim está muy desaparecido este año. Demasiado para mi gusto. La llegada de Cheng Tang es un soplo de aire fresco, de humor, de diversidad y de carisma. Dustin Nguyen ve su personaje crecer para bien, y las incorporaciones Celine Buckens o Miranda Raison ayudan bastante, pero la clave es ver como personajes como Kieran Bew, Tom Weston-Jones y, sobre todo, Dean Jagger, tienen un nuevo enfoque aún más interesante.
Incluso tendremos otro episodio en el que los personajes abandonan San Francisco para visitar otras tierras, en un torneo mortal realmente divertido y con un cameo más que reconocible. Koji ha subido el nivel de su estilo de combate y es no sólo cada vez más cercano a Lee, sino también físicamente más parecido incluso, con su pequeña transformación física. Más delgado, más fibrado… Los dos últimos episodios de la temporada son una gozada, pero también lo son el resto, llenos de acción y sorprendentes giros de guión. No perdáis de vista a los personajes, la lucha de poder en la ciudad y los combates. Todo crece y mejora en la temporada dos, que queda abierta y que esperamos, por favor, no sea la última de la serie.
Jesús Usero
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