Whiplash. De las mejores del aรฑo. Duelo ejemplar de protagonista y antagonista.
Milles Teller como el joven baterรญa estudiante de mรบsica y J.K. Simmons como el profesor despรณtico y exigente que le presiona hasta el extremo para exprimir su talento son junto con la banda sonora de jazz lo mรกs notable que nos ofrece Whiplash. Un duelo de actores ejemplar que traslada la tensiรณn al espectador desde la primera secuencia de la pelรญcula. Un duelo que se equilibra y completa ademรกs visualmente conย los movimientos de cรกmara y el trabajo de montaje siguiendo una clave que encaja con el jazz como motivo musical y transmite una falsa sensaciรณn de improvisaciรณn y variaciones musicales y visuales que son fruto de una cuidadosa planificaciรณn. El ritmo que todos estos elementos ganan para la pelรญcula es sobresaliente, un ejercicio de cine de gran calidad que ademรกs construye una intriga de tensiรณn creciente esquivando cuidadosamente todos los charcos y tรณpicos que suelen aparecer en el camino de este tipo de fรณrmulas argumentales de superaciรณn personal y sacrificio que tanto abundan en el cine y la televisiรณn. En su esquema argumental podrรญamos decir que Whiplash es la versiรณn seria y verosรญmil del cรฉlebre cuento urbanita del aspirante a la fama que tiene que pagar, algo que Alan Parker supo rodear de una renovaciรณn del gรฉnero musical con la interesante Fama y que otras taquilleras pelรญculas, como Fama o Staying Alive, han tratado de manera mรกs superficial que en nada tiene que ver con los logros, el tono y el estilo elegante y fluido que caracteriza a esta muy recomendable propuesta que nos hace Whiplash. Es el mismo argumento, pero tratando con respeto al espectador, un respeto que deriva de la manera de abordar el asunto con la madurez de una pesadilla sobre la presiรณn social y la persecuciรณn del รฉxito a cualquier precio, que queda definida y retratada en esas reuniones familiares de la historia, en lugar de transformarla en una festiva, ingenua y optimista visiรณn de la persecuciรณn de la fama digna de un anuncio de refresco, rollo โpesigue tus sueรฑosโ y tal. Cualquiera que haya tenido que trabajar para conseguir algo profesionalmente aguantando a toda clase de gilipollas, mastuerzos, inรบtiles, torpes y dรฉspotas mal paridos encontrarรก muy realista y verosรญmil esta fรกbula que nos propone Whiplash, sobre todo con esos terrorรญficos momentos en la sala de ensayo.
La pelรญcula es tambiรฉn un retrato muy recomendable para reflexionar sobre el abuso como tรฉcnica de supuesta superaciรณn en la persecuciรณn de determinados objetivos, y eso es algo que vale tanto para las aulas como para muchas empresas donde el maltrato sistemรกtico se asume como parte del camino que hay que recorrer para alcanzar el รฉxito. Es un retrato de las estrategias de poder, el mal ejercicio del liderato, la necesidad de aprender a negar en lugar de aceptar, y la persecuciรณn de los sueรฑos como trampa para traicionarnos a nosotros mismos. La dignidad ย del ser humano habita tras cada momento de tensiรณn y abuso que vemos en este largometraje, lo cual convierte la pelรญcula en algo mรกs que una fรกbula urbanita sobre el รฉxito.
Dicho sea de paso: ojo a la habilidad con la que trata la subtrama sentimental sin que lastre el tema principal pero sin que deje de ser importante y a la manera en la que termina la pelรญcula sin bajarse los pantalones, sin claudicar.
Un ejercicio de cine brillante que de propina nos regala una interesante reflexiรณn sobre el jazz desde el corazรณn del propio jazz.
Miguel Juan Payรกn
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