Crítica de la película X-Men: Fénix Oscura
Cierre de una etapa, completo pero no brillante.
El final de la historia que dio inicio con Primera generación, que continuó con Días del futuro pasado uniéndose a la saga original, y que por tanto engloba casi 20 años de películas, desde la llegada de X-Men en 2000. Luego vino Apocalipsis, y desde ahí muchos protestaron y no le dieron a la película el valor que merecía, pero sobre todo dejó una sensación en taquilla nada espectacular, supuso la marcha de Bryan Singer de nuevo de la franquicia, por segunda vez sin terminar la trilogía, y que Simon Kinberg se hiciese cargo de la película que hoy nos ocupa, la que posiblemente sea la saga más importante de la historia de los X-Men, y una de las más importantes de la historia del cómic. El resultado es irregular, pero cumple. Entretiene y tiene algunos momentos brillantes. Y es muy superior a La Decisión Final, que también se centraba en Fénix Oscura…
La historia se aproxima tangencialmente a la de los cómics, pero no esperemos una saga cósmica con los X-Men recorriendo el universo, el Nido, el Imperio Shi’ar… Que con los 200 millones que se han gastado en la película, mucho ha sido en rodar de nuevo el final y varios fragmentos de la película, podían haberse lanzado al espacio y llevar a los mutantes al espacio. Pero en su lugar es el espacio el que viene, y la fuerza Fénix la que se queda ligada por completo a Jean Grey, con muchos homenajes al cómic y a la serie de animación también. A partir de ahí todo cambia, no siempre para bien. Y el tráiler me temo que mostró demasiado…
A Michael Fassbender, James McAvoy y Jennifer Lawrence les conocemos de sobra en estos papeles, y siguen estando más que cómodos en la piel de los personajes, aunque es cierto que a Lawrence por momentos se la nota… cansada. Lo importante aquí es el personaje de Fénix, de Jean Grey, y Sophie Turner sabe aplicarle esa capa de fragilidad y enorme poder en una historia que por supuesto, en realidad gira en torno a hombres intentando manipular a mujeres, por su supuesto bien. Jessica Chastain es un valor seguro, con un talento que desborda la pantalla incluso en un papel tan lleno de tópicos como el de esta película y con una peluca que da miedo…
Hay mucha acción, cosa que no esperaba, y el final desde la casa a la batalla en el tren, es trepidante. Visualmente muy potente y con momentos maravillosos, pero no llega ni a la altura de las mejores entregas de la saga, ni a la del cómic en que se basa. Se le notan las costuras, el monstruo de Frankenstein que es, con actores que desaparecen, personajes que cambian de parecer radicalmente en segundos, o escenas que surgen de la nada y encajan regular con lo mostrado anteriormente en la película. Como si hubiesen rodado dos películas parecidas pero distintas, y después las hubiesen encajado juntas. No es el desastre que muchos esperaban y es muy superior a La Decisión Final, pero nos deja con la sensación de que podía haber sido mucho más. Es una despedida agridulce, un bocado a ratos amargo para una saga y unos personajes que nos han dado muchísimo y que seguramente serán relanzados ahora por Dosney con nuevos rostros y un nuevo equipo creativo. No sé si es lo correcto, la verdad. Hay actores que siguen entusiasmados con el proyecto, y deberían aprovecharlos, también a los más jóvenes como Turner. Sea como sea, si es un adiós o un hasta luego, es una buena película de acción y ciencia ficción. Pero podía haber sido mucho más. Y quizá debía haberlo sido.
Jesús Usero
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