Crítica Black Adam
Crítica de la película Black Adam
Black Adam no es ni mucho menos mala, pero esperábamos más de la nueva película del universo DC.
Y posiblemente muchos la estén juzgando de forma más dura que a otros proyectos de la competencia… Sí que es cierto que muchos esperábamos que la llegada de Dwayne Johnson al universo DC en un proyecto soñado por él durante más de una década, tuviese algo más que ofrecer que un buen acabado visual, muchas escenas de acción y varias promesas de futuro. La película carece de un guión potente que acompañe el espectáculo visual que estamos viendo. De algo que le dé alma a las espectaculares (aunque algo repetitivas) escenas de acción. De un trasfondo a los personajes y no solo al protagonista. Una historia que contar, a fin de cuentas.
La historia de Black Adam creo que la han contado hasta la saciedad. Un hombre que en un antiguo reino obtuvo unos poderes descomunales, ligados a unos sabios que otorgaban esos dones. Así acabó con un rey déspota, y en un sueño de 5000 años que ahora es roto en un momento de necesidad. Pero este hombre no es el héroe que muchos creían, puede ser una amenaza incluso mayor que la de aquellos a los que quiere destruir, por lo que la Sociedad de la Justicia intentará detenerle. ¿O existe un enemigo aún más poderoso que Black Adam al que derrotar? Una historia de origen de superhéroe que presenta a nuestro protagonista con un pasado que se revelará poco a poco distinto a lo que creíamos conocer.
Dwayne Johnson es perfecto para el personaje central y además varía un poco de su habitual tono de comedia y sátira. Deja de lado la burla sobre sí mismo para centrarse en la historia de un personaje siniestro, torturado y aparentemente movido por la venganza. Es el personaje que tiene un arco dramático real, ya que el resto son meros espectadores y comparsas. No importa que haya nombres interesantes como Aldis Hodge, Pierce Brosnan o Sara Shahi, a quien mejor trata la historia, no hay un trasfondo, un desarrollo… una historia que los respalde. No mencionemos al villano, que es otro adorno hasta el final, o a los acompañantes como Noah Centineo. Es una lástima porque había material para desarrollarlos…
Sobre todo porque la película Black Adam ofrece un enorme espectáculo visual. Y muchas, muchas escenas de acción. Quizá demasiadas. Tantas que no permiten un desarrollo del guión y la historia, tantas que acaban cansando. Hay un enorme trabajo en la fotografía, en los diseños, en los efectos visuales… Es entretenida y bonita de ver, Johnson tiene carisma y la historia se sigue bien, pero no llega a lo que ofrecían Shazam, Aquaman, El Hombre de Acero o Wonder Woman, y eso que imita el estilo visual en las escenas de acción de Zack Snyder, con el uso del zoom, la cámara lenta y las batallas aéreas… Podía haber dado mucho más de sí, pero apostaron por un guión demasiado simple y eso acaba jugando en contra de la película.
Jesús Usero
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