Crítica Alegría
Crítica de la película Alegría
Interesante ópera prima cargada de emotividad.
Un relato sobre cuatro mujeres aparentemente distintas que en el fondo tienen mucho en común, y que lo expresan en una suerte de unión entre todas ellas que las ayudan a convertirse en lo que realmente deben ser, a evolucionar, a crecer, a mejorar, a perdonar o a ser perdonadas. Una historia aparentemente sencilla que emplea como telón de fondo la ciudad de Melilla, donde tiene lugar la historia y donde encontramos a tres culturas conviviendo perfectamente, como lo son la musulmana, la judía y la cristiana, en un mensaje de unidad y comprensión, de cooperación y respeto que es una de las cosas más importantes que nos deja la película, sencilla, emotiva y cuidada de la mano de su guionista y directora, Violeta Salama
Cecilia Suárez da vida a Alegría, una mujer de origen judío que regresó a la ciudad de Melilla, su ciudad natal, quizá huyendo de muchos errores que cometió. Allí trabaja con una amiga y en casa la ayuda una joven musulmana. Son un trío que se aprecia y se apoya, aunque sean algo herméticas en sus vidas. La historia se complica cuando aparece la familia de Alegría para instalarse en la casa familiar, por un tiempo, debido a la boda de una sobrina, una joven tradicional que no sabe lo que le espera en el futuro y que servirá como detonante de las vidas de ellas cuatro, enfrentadas a una encrucijada vital muy curiosa, cuyo nexo es Alegría y que servirá para definir el destino de todas.
Cecilia Suárez tiene un talento increíble, y ella sola se encarga de arrancar y llevar adelante la película, ya que todo gira en torno a Alegría y a su historia personal, incluyendo ese pasado del que no sabe escapar por mucho que lo intente. La actriz sola es motivo de sobra para ver la película, con sus contradicciones, sus dudas, sus fantasmas y sus errores, que no son pocos. A su lado Laia Manzanares y Sarah Perles aportan una solidez increíble y hacen que sus personajes nos interesen e importen con sus pequeños dramas personales. Eso sí, la película nunca aprovecha a Mara Guil a la que relega a un papel de simple acompañamiento sin un desarrollo dramático, y eso es una auténtica lástima.
La ciudad tiene vida y se nota, y el alma de la película está presente, pese a sus problemas narrativos y de guión. La película salta entre historias de forma algo torpe y dejando demasiados espacios sin desarrollar a fondo en estas cuatro historias, como el personaje de Guil. La película tiene buen ritmo, pero le falta algo de habilidad para escapar de algunos tópicos y para saber mostrar algo que no hayamos visto antes en pantalla. Alegría es emotiva por momentos, pero no es memorable. Es tierna y sencilla, pero es una historia que ya hemos visto antes muchas veces. Es positiva y eso evita que aproveche sus muchas sombras sobre cultura, relaciones o religión. Es interesante, una buena película, pero no es maravillosa.
Jesús Usero
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