Crítica Demonic
Crítica de la película Demonic
Cinta de terror poco conseguida, en la que el cineasta Neill Blomkamp incorpora demasiados elementos dramáticos y efectos visuales, que no casan muy bien unos con otros.
Algunas veces, la acumulación de situaciones electrizantes no genera el impacto buscado desde el punto de vista audiovisual. Neill Blomkamp parece obviar semejante regla, y prescinde de seguir el camino marcado por la lógica argumental, para embarcar la historia de Demonic en una serie de laberintos circenses, de la que no sale muy bien parada.
La movie retrata la atormentada existencia de Carly (Carly Pope): una mujer incapaz de alcanzar la paz, después del encarcelamiento de su madre, cuando ella era una adolescente vulnerable. La progenitora de la protagonista quemó, hace años, una residencia de ancianos, en la que perecieron numerosas personas. Asimismo, también fue la causante del envenenamiento de varios miembros de una congregación religiosa. Tras décadas sin relacionarse con su madre, Carly recibe un día la llamada de una corporación de tecnología médica, todo para invitarla a participar en un revolucionario programa. El objetivo del mismo estriba en poder comunicarse con su mother, quien está en coma desde hace poco. La atemorizada hija se resiste a dar su consentimiento, pero al final accede. Una vez en la camilla, Carly es conectada a una máquina; y, a través de la suplantación informática, toma contacto con la misteriosa Angela. Pero esta no se muestra amenazante, sino que anuncia a la joven que una extraña fuerza hizo que ella cometiera los horribles asesinatos que le ocasionaron el encarcelamiento. A partir de ese instante, Carly comienza a tener sueños inquietantes, y nota que un espíritu infernal la intenta atrapar.
Neill Blomkamp maneja con solvencia el terror y el suspense, cuando los elementos que utiliza son controlables. Esto permite al cineasta establecer un interesante marco dramático, que nutre con el miedo de Carly a revivir su trágico pasado; y que ilustra con la figura de una madre de la que se sabe que es una peligrosa serial killer. Pero esa ilusión de solidez se evapora rápidamente.
La poco imaginativa escenificación de las secuencias creadas a través de la tecnología informática avisa de que la obra amenaza con perder peso progresivamente, conforme avanza el metraje del film. Y ese warning se torna claro, cuando un demonio con forma de pájaro gigantesco, como sacado de una feria de carnaval, agrede a la incauta Carly. Tales ingredientes no consiguen elevar la factura sobrenatural del largometraje, sino todo lo contrario. Pero lo más extraño sucede con la inclusión de un grupo de exorcistas –con alzacuellos y armas de fuego- destinado a alimentar la carga diabólica, a una cinta que deambula sin determinación por demasiados senderos cinematográficos.
No obstante, y pese a los sinsentidos argumentales de los que no escapa Demonic, Blomkamp sí consigue extraer unas meritorias caracterizaciones del elenco interpretativo. Un cuadro dramático que lidera con solvencia la canadiense Carly Pope, quien realiza una creíble figuración de la perdida Carly. Un ingenioso trabajo de dirección artística, que queda sepultado por la inverosimilitud del relato. Al final, Neill Blomkamp no logra desprenderse de las similitudes más que evidentes con otra cinta que no consiguió sobresalir en el subgénero del terror con serial killer poseído, como fue La Celda (Tarsem Singh, 2000).
Jesús Martín
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