Es más divertida y lima las aristas que no funcionaban en la primera entrega, mostrándose más inclinada a ser un producto de entretenimiento y aventuras que maneja bien el ritmo. Para empezar impone la aventura y la evasión por la vía del espectáculo tanto en las peripecias de Alicia en el mundo real, con un arranque trepidante que supera al de la película anterior, como en su reencuentro con las criaturas del País de las Maravillas.
Si la de Burton me pareció interesante más por su propuesta visual que por su desarrollo argumental, en el que, sobre todo al final, pecaba un poco de falta de ritmo y capacidad de sorpresa. Me gustó de aquella otra de Tim Burton el trabajo con la Reina Roja, personaje que aquí vuelve a ser explotado bien, incluso más, porque al narrar el origen de dicho personaje no sólo sacan más partido de lo que fuera lo mejor de Alicia en el país de las maravillas, Helena Bonham-Carter. En algún momento habrá que plantearse la contribución de sus actores-fetiche a la filmografía de Tim Burton, y hasta qué punto figuras como Jack Nicholson como el Joker o en Marte ataca, Michelle Pfeiffer, como Catwoman, Johny Depp de Eduardo Manostijeras en adelante y Helena Bonham-Carter, no tienen una parte importante del mérito de las películas del director, que tan gris se muestra cuando se limita a repetir esquemas y variantes con estos mismos actores, por ejemplo en Sombras tenebrosas. Propongo la que para mí es su mejor película, Ed Wood, como ejemplo de lo mucho que hacen los actores para elevar el nivel de la filmografía de Burton, pero vale cualquier otro ejemplo de su carrera. Además en ésta segunda aventura le dan también más cancha y evolución al otro personaje que me convenció de la película anterior, al Reina Blanca, que por la vía del flashback refuerza esa impresión que me dio en la película de Burton de ser una visión ligeramente paródica de las “princesas Disney”. Pero además Alicia a través del espejo supera a su predecesora en un elemento clave: mejora la protagonista. En la película anterior Mia Wasikowska se me quedó algo sosa como Alicia, pero aquí le han buscado un desarrollo mucho más interesante como aventurera intrépida que la convierte en un personaje mucho más divertido e interesante: su intención de hacer las cosas bien, de restaurar su concepto del orden, la lleva a sembrar el caos, y eso es un punto a favor de la mayor madurez del personaje.
Además donde en la película anterior había un desenlace de épica casi forzada, aquí se nos ofrece un doble viaje repleto de desafíos, una especie de multiplicación de la fórmula de itinerario, o road movie, que nos lleva no sólo de un mundo a otro, sino de un tiempo a otro. El tapiz de posibilidades de aventuras y sorpresas visuales y argumentales se multiplica. Eso incluye la incorporación de un personaje, el Tiempo, interpretado por Sacha Baron Cohen, que mejora el conjunto y le da más nervio y equilibrio, contrapesando al Sombrerero Loco interpretado por Johnny Depp, que sigue presente pero es más interesante que la mera caricatura histérica que nos ofreció la película anterior. Aquí el Sombrerero mejora, y eso es bueno para el conjunto, y además tiene escena con Sacha Baron Cohen a la hora del té, que define perfectamente todo aquello en lo que ha mejorado esta película respecto a la anterior.
Por último el ritmo es mucho más equilibrado, y a esta otra Alicia le ha venido muy bien liberarse de las obligaciones de ser la adaptación “made in Burton” de la novela original para desinhibirse y ser simplemente una divertida y entretenida aventura sin complejos.
Me gusta más que la anterior. Sin duda.
No me da la gana.
Miguel Juan Payán
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