Marvel recupera seriedad y solidez con una película mejor que Guardianes 2 y Thor Ragnarok.
A ver, que dicho así, puede parecer cosa de poco, pero, oigan, qué gusto que no te metan un chiste a rosca cada cinco minutos y sin venir nada a cuento, que se tomen en serio a los personajes, que dejen a un director tripular la nave con pulso firme y personalidad, buscando además nuevos caminos para explotar eso de las fábulas de superhéroes.
Pantera Negra tiene claramente a su favor la capacidad para hacer honor al cómic original, incluyendo algunas imágenes y visión de personajes (los Jabari, por ejemplo, o Killmonger) que remiten directamente a algunas de las más carismáticas viñetas de los cómics del personaje. Pero sobre eso impone con eficacia la personalidad de la narración cinematográfica, llevando a Wakanda y su corte a un dibujo más completo de personajes más interesantes y con más entidad que la de la corte de personajes secundarios de Asgard en cualquiera de las tres películas de Thor. Con esto quiero decir que es cine cine, con todas las letras, y saca del respeto a la fuente original del personaje en los cómics el máximo rendimiento precisamente a base de poner ante las cámaras y detrás de ellas a gente muy competente.
Un ejemplo de ello es el protagonista, Chadwick Boseman, que resuelve la construcción de su personaje otorgándole una seriedad, una solidez y una dignidad al mismo que no hemos visto en ninguna de las tres ocasiones en las que Chris Hemsworth se ha cruzado con Thor. Del mismo modo que los personajes secundarios del reparto que gravitan en torno al héroe tienen más presencia y personalidad en la corte de Wakanda de la que tienen sus equivalentes -en el fondo sabemos ya que es la aplicación de la misma fórmula, cambiando nombres y lugar pero coincidiendo en lo esencial- en la corte de Asgard. Wakanda golea a Asgard. Primera impresión.
Segundo tema que me parece positivo en la película: su manifiesta independencia del resto de los personajes del universo cinematográfico de la Marvel. Esto es Pantera Negra y solo Pantera Negra. Ni siquiera han jugado con la recurrente -y a ratos cansina idea- de darle al espectador el caramelo de meter cruces o apariciones de cameo con otros personajes. Ese tipo de guiños puede que tuvieran su gracia en las películas de la fase uno y la fase dos, por ser relativamente novedosos, pero con la repetición en un montón de películas al menos a mí me han hecho añorar la independencia que muestra precisamente Pantera Negra. Para que su fórmula de cruce de película de aventuras y ciencia ficción con pinceladas de peripecia de 007 funcione es preciso que pueda desenvolverse a su gusto sin estar atadas a normas de continuidad y cruces con otros personajes. Ryan Coogler ha sabido sacar el máximo partido a esa libertad para desarrollar su propuesta como película que transcurre en pero no está coartada por su pertenencia al universo Marvel del cine. El director ya dijo que se proponía abrir otra senda en la explotación de las fábulas de superhéroes, como informamos en el artículo sobre la película que podéis leer en las páginas de la edición en papel de la revista, y creo que lo ha conseguido precisamente por su capacidad para crear visualmente y dramáticamente una nueva pieza en el puzle geográfico del universo de ficción que comparten sus personajes con los de Vengadores, Spiderman, etcétera. Dado que Wakanda permanece aislada del resto del mundo, ha podido permitirse el lujo de que la presentación de sus personajes, su mundo, su corte africana, sea plenamente funcional en solitario y por separado del resto de largometrajes de la multifranquicia, y se saludan sus aportes como novedades refrescantes a un panorama que parecía estar un poco estancado en la broma y el chiste fácil y encadenado como justificación de argumentos flojos y repetitivos, personajes presas del tópico y formulaciones de conflictos ramplonas y previsibles ya explotadas previamente. El cansancio que se observaba en las producciones de personajes que acumulan tres largometrajes (el Capitán América fue de menos a más, siendo la segunda y tercera entrega mejores que la primera, pero claramente no se puede decir lo mismo de Iron Man y de Thor, y la segunda de Guardianes de la galaxia también aflojó frente a la primera), lógicamente no se manifiesta en el caso de personajes que debutan como Pantera Negra, pero aclaremos también que este debut o presentación está por sus logros más cerca de los buenos resultados de Doctor Extraño que de los resultados simplemente entretenidos, sin más, de Ant-Man. Es un detalle a tener en cuenta.
Otro detalle curioso es la manera en la que Coogler maneja a sus personajes femeninos sin caer en algunos de los tópicos panfletarios que están adueñándose del paisaje promocional/reivindicativo del audiovisual estadounidense en los últimos tiempos. No requiere Coogler levantar ninguna bandera para desarrollar unos personajes femeninos plenamente operativos, interesantes, autosuficientes. El reparto es su aliado natural en ese empeño y cumple plenamente con el objetivo, con Danai Gurira en un papel que incluso puede permitirse el lujo de suscitar algunos momentos de humor sin caer en la payasada ni la parodia autocomplaciente, incluso cuando tira de guiño y suelta una frase de Obi Wan Kenobi en la secuencia de acción-persecución automovilística por las calles de Corea del Sur.
Si algo me ha dejado menos convencido es el antagonista, Killmonger, que como personaje se me queda algo plano frente al despliegue de personalidad y energía de todo el resto del reparto. Sus motivaciones, su conflicto, parecen tan tópicos y resueltos casi por obligación como las prisas que entran en el tramo final de la película para resolver el complejo problema generado en la segunda mitad de su segundo acto, solventado con cierta precipitación y a tortas en el tercer acto. Esa resolución es la parte más floja de la propuesta en mi opinión, y creo que en parte se debe a que el arco de desarrollo del antagonista no es tan pleno e interesante como el de otros personajes.
Pero, claro, estamos en una película de superhéroes, acción, persecución, evasión, diversión, muy entretenida, y, francamente, no me parece justo pedirle mucho más que todo lo que nos da: un excelente producto para el esparcimiento y la capacidad de evadirnos con una propuesta sólida que cumple sus objetivos.
Miguel Juan Payán
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