Hay personas que están destinadas a pasar a la historia antes incluso de que emprendan los actos que supuestamente deberían de otorgarle esa perpetuidad. Barack Obama es una de ellas. Nunca un presidente de la nación más poderosa del planeta significó un referente tan importante antes de ocupar el Despacho Oval. Y puede que su relevancia y trascendencia cuando abandone su puesto sea menor que el que tenía antes de su elección. By the people; The Election of Barack Obama es un excelente documental que permite al espectador acompañar al entonces senador Obama en su arduo camino a la Casa Blanca.
Amy Rice era en 2001 una joven estudiante de cine que sufrió la perdida de su hermano en los atentados contra las Torres Gemelas. Como muchos de sus compatriotas, rechazaba ya entonces la política internacional de la Administración Bush, pero lo que menos le interesaba en aquellos dramáticos momentos era la política. Había decidido llorar la muerte de su hermano sin tener en cuenta las opciones que democráticamente su país le ofrecía. Pero en 2004, su otro hermano le advirtió que el cambio era posible, que debería de abandonar su indiferencia hacia la política para seguir la incipiente carrera de alguien que podría significarse como la absoluta renovación del partido Demócrata, alguien que podría traer el cambio, porque él era el cambio. Barack Obama era entonces un senador que empezaba a plantearse la posibilidad de cambiar su país desde el puesto de máxima responsabilidad. Y Amy Rice estaría a su lado, con su compañera Alicia Sims, poniendo sus cámaras en cada movimiento del nuevo mito. Empezaron el 10 de febrero de 2007 en Springfield, Illinois, en donde Barack Obama anunció su intención de presentarse como candidato a las elecciones presidenciales por el Partido Demócrata. Y terminaron el 4 de noviembre de 2008, cuando derrotó a John McCain y se convirtió en el presidente número 44 de los Estados Unidos de América. Y el apasionante viaje fue filmado por Rice y Sims, desde dentro, con testimonios de primer nivel, y declaraciones exclusivas del propio Obama.
Detrás de By the People…está la HBO, el prestigioso canal de televisión responsable de alguno de los productos televisivos más aclamados de la última década, como Los Soprano o The Wire. Ya sabemos cómo se las gastan en HBO: calidad a raudales y compromiso con ese pedigrí que desde siempre han mantenido. Si inviertes pasta en hacer algo, que sea distinto, que sea mejor. En este documental el toque de distinción reside en ser testigo del cambio, en estar justo al lado de un tipo que logró unificar pasiones patrióticas de muy distinto signo, y que se convirtió, como no podía ser de otra manera, en un icono para una raza sometida hace menos tiempo del que creemos. Acompañamos a Obama en cada convención demócrata, en cada discurso, en cada vuelo, en cada gesto de complicidad con su mujer Michelle, y en cada reunión con sus asesores y encargados de la campaña. Le vemos derrotar a Hillary Clinton en las primarias, y a su rival republicano en las elecciones.
Y ése es un activo fundamental en este documental. Porque, al contrario que en sus productos de ficción televisivos, By the People…es un documental al uso, que no aporta prácticamente nada desde el punto de vista estilístico y cinematográfico, pero que supone una nueva demostración de que los americanos son capaces de, como decía el añorado Andrés Montes, “vender el muñeco” como nadie. Hacen de todo un espectáculo. Y de la política, por supuesto, también. Lo vimos en su día con las magníficas El Político, de Robert Rossen o con esa maravilla que es El Ala Oeste de la Casa Blanca. Y ahora lo corroboramos a través de testimonios de gente de muy diversa condición.
Las producción corre a cargo de, entre otros, Edward Norton, una de las personalidades de Hollywood más comprometidas políticamente, que apoyó sin fisuras a las directoras Amy Rice y Alicia Sims. Norton y las cineastas pasaron de las dudas y reticencias del equipo de Obama a la más absoluta disponibilidad de todos a formar parte y a aparecer en un documental que, visto hoy, se antoja fundamental para entender la dureza de la carrera por la presidencia. Al contrario de lo que conocemos aquí, ocupar el Despacho Oval es un tour de force que implica derrotar primero a los tuyos, en unas primarias ejemplares que deberíamos de adaptar inequívocamente a nuestro sistema, para posteriormente medirte al rival político por excelencia, el del partido contrario. En By the People… asistimos a cada una de las etapas del pedregoso camino, conocemos la tensión, las inacabables esperas para conocer el resultado de cada convención, sufrimos con quienes veían en los comicios de 2008 la última oportunidad de hacer efectivo un cambio indudablemente necesario.
By the people; The Election of Barack Obama, se estrenó en los cines estadounidenses el 7 de agosto de 2009, y fue emitido en HBO el 3 de noviembre del mismo año. Ahora que Obama ya es Presidente, podemos disfrutar de la edición en dvd que está disponible en España, y comprobar que muy probablemente la trascendencia del actual Comandante en Jefe nunca volverá a ser la que fue cuando aún no estaba al mando. En 1963 Martin Luther King tuvo un sueño. En 2008 300 millones de norteamericanos tuvieron otro. Y se cumplió. Ahora le toca cumplir a él. Yo, desde aquí, me conformaba con que Obama fuese tan buen presidente como lo era Josiah Bartlet, aunque éste fuese un personaje de ficción. Pero ojalá que al bueno de Obama le dé por ver la serie y tome nota, ya que todos saldríamos ganando…
“Lo que comenzó como un susurro en Springfield pronto llegó a los campos de maíz de Iowa, en los que granjeros y trabajadores, estudiantes y jubilados, se alzaron en números que no habíamos visto jamás»