Mรกs completa e interesante en su propuesta que las dos anteriores.
La saga de Cars siempre me ha parecido de las mรกs flojas propuestas del estudio Pixar, asรญ que me ha sorprendido gratamente que en esta tercera entrega suba de nivel merced sobre todo a su capacidad para mejorar las dos pelรญculas precedentes, lo cual es doblemente meritorio, porque lo habitual es que las series se vayan gastando tanto en sus personajes como en sus planteamientos argumentales a medida que van cubriendo etapas. Sin la novedad de su parte โno era gran novedad la de Cars 1 y Cars 2-, sorprende que la gente de Pixar haya conseguido que esta tercera pelรญcula sea claramente mejor que la segunda y por su tema y planteamiento mejore incluso un poco la primera.
ยฟY por quรฉ la mejora? se preguntarรกn ustedes. Pues bien, lo primero es la madurez y solvencia con la que trata sus personajes, que lejos de parecer agotados encuentran nuevos brรญos en este tercer capรญtulo de sus peripecias. De hecho, la franquicia parecรญa โy estaba- mucho mรกs agotada en la segunda entrega, cuya trama dejaba ya claro que se trataba de una criatura nacida del oportunismo y la necesidad de explotar un tรญtulo de รฉxito a toda costa, hubiera o no algo nuevo que contar sobre sus protagonistas. En Cars 3 sรญ tienen algo que contar. Y es algo interesante: el crepรบsculo de la fama, los juguetes rotos del รฉxito y la popularidad, la manipulaciรณn de los iconos de la cultura popular y el deporte con intenciones mercantilistas, el enfrentamiento con la retirada, la jubilaciรณn, y finalmente la muerte. Y que nada de ello estรฉ contado en plan lloriqueo, sino con una sorprendente capacidad para hacer algo que parecรญa difรญcil: meter a los personajes un tanto flojetes y superficiales de la saga en una trama crepuscular y que dicha trama funcione mejor que muchas pelรญculas sobre el mismo asunto en imagen real. Y manejando el asunto con optimismo. Y sin abusar de cancioncillas. Que ademรกs en ese esquema que afecta y hace madurar como personaje al mรกs bien simplรณn y bidimensional protagonista, Rayo McQueen, encuentren la manera de darle espacio y contenido al personaje de Doc Hudson al que pusiera la voz Paul Newman, me parece aรบn mucho mรกs meritorio. Y que en todo ese esquema haya sitio para un paseo muy divertido por las carreras en el barro de los destrozacoches y para aรฑadir una trama de maestro-alumno y transmisiรณn del legado habla muy bien de la habilidad y economรญa de recursos con la que han construido el guiรณn y sus diรกlogos los artรญfices de este largometraje que ha puesto la saga de los coches parlanchines con ojos entre las producciones de primera de Pixar, haciendo sitio al personaje de Cruz Ramรญrez y, sorprendentemente, sin tirar de la consumida fรณrmula del antagonista perverso que suele asomar el hocico en este tipo de argumentos. No hay villano como tal, lo cual es saludable, porque el tema es simplemente el enfrentamiento con los propios fantasmas que el paso del tiempo va construyendo en la mente del protagonista. Pero no se apuren los padres: podรฉis seguir soltando a vuestros hijos en el cine para ver esta pelรญcula porque Cars 3 funciona perfectamente a dos niveles, el de la chavalerรญa que quiere pasar un rato entretenido viendo aventuras de sus personajes y el de los adultos que se plantean otras cosas cuando se sientan en un cine. Esa capacidad de funcionar en esos dos niveles es otro punto a favor de esta entrega frente a sus predecesoras.
Miguel Juan Payรกn
Miguel Juan Payรกn
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