Crítica de la película Cementerio de animales 2019
Mejor que la versión de 1989. Eficaz propuesta de terror mejor al principio que al final.
Siembra bien. Pero no recoge. Este podría ser el resumen del trabajo que realizan los creadores de la nueva adaptación cinematográfica de Cementerio de animales, la historia de Stephen King que aquí supera a la película anterior dirigida por Mary Lambert y tiene una eficaz resolución visual en su principio, aunque en su desenlace afloje y parezca que le entran prisas para rematar la faena, sin llegar a cerrar temas propuestos al espectador inicialmente, como el de ese pasado que tortura a la madre, el wendigo que nos muestran, primero en libro y luego en sombras, en el bosque pero no llega a materializarse finalmente como amenaza, los encuentros del niño con el terror de lo sobrenatural, y sobre todo esa inquietante procesión de los niños con las máscaras del principio, que además forma parte de lo más inquietante del material promocional del largometraje pero no llega a desarrollarse más que como pincelada inicial de lo inquietante, a pesar de que pienso que esa procesión tiene materia prima de sobra para dar a luz su propia subtrama dentro de la película. E incluso una película entera, si me apuran.
En positivo me quedo sobre todo con el arranque de la historia, con el trabajo de John Lithgow y Jason Clarke y de la niña, Jeté Laurence, y con el gato, que a mi modo de ver es el gato del cine del año, muy por encima del minino de Capitana Marvel. Sobre la niña, no se confundan: aunque en la primera parte de la historia se nos puede aparecer como algo sosa, no lo es en absoluto, como demostrará posteriormente en la segunda mitad de la película en una clave más divertida para los aficionados al cine de terror festivo donde hay sitio incluso para las pinceladas de humor.
En lo negativo, esas líneas de subtrama no del todo desarrolladas, y esa caída en el lenguaje visual en el tercer acto del relato, que solo esporádicamente -el plano del niño dentro del coche al final, viendo lo que se le viene encima-, recupera el buen tono visual del arranque de la historia.
Creo que en general la factura del conjunto es muy eficaz y correcta, pero no se han arriesgado a abandonar el camino ya transitado habitualmente por las producciones del género de susto y es una lástima, porque con un poco más de despliegue y metraje podrían haber convertido el tramo final de la historia en un auténtico festival de terror capaz de meternos de cabeza en la pesadilla que viven los personajes. En este tramo final da la sensación de que faltara metraje, de que la película necesita tomarse con más calma el destino del personaje de Jason Clarke y de su esposa de ficción, al mismo tiempo que se despliega todo el terror que habita tras esa barrera de troncos a la que creo que tampoco le han dado todo el poder visual y el desarrollo en la trama que podría haber sido interesante para aportarle más cuerpo a la película.
Resumiendo: tiene muchos mimbres para satisfacer a los incondicionales del género y proporcionar un rato inquietante de entretenimiento al público general, pero podría haber sido mucho más contundente y ganar muchos puntos desarrollando más alguna de sus propuestas.
Miguel Juan Payán
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