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Crítica Alimañas ★★★ (2023)

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Crítica Alimañas película dirigida por Jordi Sánchez, Pep Anton Gómez con Jordi Sánchez, Carlos Areces

Anticuento navideño protagonizado por vecinos poco recomendables.

De qué va Alimañas

La muerte de la propietaria de un edificio conmueve hasta los cimientos la vida de los vecinos del mismo.

Crítica Alimañas

Los actores mejoran un guión que necesita más risas de disparate y menos tragedia.

Paisaje referencial

En cada uno de sus aspectos esta película lo tiene todo a favor para ser mucho más divertida de lo que es. La fórmula del cómic 13 Rue del percebe, del maestro Ibáñez, recientemente fallecido y a quien tanto le deben muchas series y películas de comedia del cine español y, y la sombra de la fórmula aplicada por series televisivas como Aquí no hay quien viva y La que se avecina, planea sobre Alimañas si nos dejamos arrastrar por la referencia más obcisy, pero pienso que su verdadera identidad está más vinculada a una de las mejores películas de Alex de la Iglesia, La comunidad, y por mucho que las comparaciones sean odiosas, hacer aquí referencia a la misma, aún salvando todas las distancias que sean necesarias, es obligado para el trazado del paisaje referencial en el que se sitúa esta producción.

Los actores en el centro

Pero establecido ese paisaje de referencias, automáticamente es imposible evadirse del concepto de esperpento que desde los lejanos ecos de la literatura  tanto buen fruto ha dado a las mejoresuwstras del audiovisual en nuestro país y volviendo a ser traducido para conseguir manifestar todo su potencial en cine y televisión por el que sigue siendo el mayor tesoro y la mejor herramienta de esos medios: los actores.

Son los actores de Alimañas quienes con su trabajo con estos personajes poco dorados desde el guión los que le ganan a la película las cuatro estrellas en un trabajo de conjunto que claramente está pensado desde la puesta en escena para respaldarlos como elemento principal de todo el proyecto, dejando de lado un intento quizá inútil y llamado al fracaso de búsqueda de originalidad en una premisa argumental muy manida y aparcando todo trabajo de establecimiento de personalidad visual más potente y ambiciosa que no habría encajado demasiado bien en los objetivos de la propuesta y probablemente habría dado como resultado el desencadenamiento en el seno de la misma de una mal justificada competencia poco práctica.

No hay nada nuevo que contar, pero los actores defienden esa falta de novedad e incluso reiteración de fórmula con una ejemplar dedicación a la causa en este largometraje que, conducido por ellos en una clave muy pragmática, no arriesga nada alcanzando así un tono de episodio televisivo prolongado con habilidad y sin abusar de un exceso de metraje que con seguridad habría perjudicado su ritmo. Nada que objetar a eso. En definitiva aplica el mismo método que se aplicó con éxito y satisfacción del público en lo que podríamos denominar «cine de cómicos», omnipresente en la producción española de los años 30 del pasado siglo.

En ese cine el actor es el máximo responsable de completar la construcción de personajes que al llegar a sus manos pueden ser boceto, pero al salir de las mismas, sin dejar de ser topicosy, funcionan bien como propuesta de entretenimiento. Moviéndose con habilidad en el territorio del arquetipo y lo previsto no necesariamente previsible, Alimañas sigue cudadosamente su hija de ruta sin explorar o sorprender, pero entreteniendo.

Alimañas

Disparate y esperpento

No obstante, su debilidad es que, mirada desde potencial que posee de partida, no saca todo el partido al mismo y en la cosecha de risas se queda por debajo de lo esperado, en parte porque el disparate solo es llevado al extremo de la farsa, algo muy necesario, en el personaje de la esposa obsesionada con los abanicos, al tiempo que contiene en exceso la incuestionable capacidad del resto de sus actores para llevar a sus personajes masy al límite, sometiendo a los dos hermanos a un desvío forzado hacia la tragicomedia que desperdicia su capacidad para convertirse en los creadores de humor que son habitualemente, en aras de un aporte de comentario social que habría estado más en consonancia con el conjunto de la propuesta y el objetivo pragmatico que mencionaba llegando a la misma desde el territorio gamberro que desde el esperpento.

Te gustará si te gustó…

Derivada menor de La comunidad, de Alex de la Iglesia.

                     Miguel Juan Payán

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Miguel Juan Payán
Profesor de Historia del cine, Géneros cinematográficos y Literatura dramática

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