Crítica Cazafantasmas Imperio helado ★★★

Crítica Cazafantasmas Imperio helado película dirigida por Gil Kenan con Paul Rudd, Carrie Coon, Finn Wolfhard, Mckenna Grace, Kumail Nanjiani

Entretenida, pero inferior a  la anterior. Necesita más trabajo de guion.

De qué va Cazafantasmas Imperio helado

Los herederos de Spengler se han trasladado a Nueva Yor para atender el negocio familiar de Cazafantasmas.

Crítica Cazafantasmas Imperio helado

Hay fantasmas. Unos cuantos. Hay efectos especiales. Hay guiños a los seguidores de la saga. Hay material para distraer al espectador durante un metraje de ritmo aceptable en la fórmula del blockbuster. Pero el reencuentro de los personajes de relanzamiento de la saga con la ciudad de Nueva York merecía un guion más trabajado y mayor esfuerzo por desarrollar los personajes más allá de sus aportaciones episódicas, breves, desdibujadas y de boceto que presenta esta película.

Eso ocurre no solo con la ocasión perdida de sacarle partido al retorno de los personajes y actores veteranos de las películas originales, sino también en los nuevos protagonistas presentados en la película anterior, que quedan bastante desdibujados.

Nueva York no es suficiente

La madre, los dos hijos, Paul Rudd, los amigos de los hijos, todos ellos tenían mucho más a lo que agarrarse en el guion de Cazafantasmas: Más allá, que fue un refrescante reencuentro con la fórmula tradicional de la saga tras herrados intentos anteriores, pero en Cazafantasmas: Imperio helado, parece que los narradores de la secuela pensaran que simplemente con trasladarlos a Nueva York, punto de origen de la franquicia, ya lo tienen todo hecho. Y, obviamente, no es así.

Solo hay un poco más de desarrollo en la subtrama del personaje de Mckenna Grace, que es elevada a rango de principal protagonista por encima de la fórmula de protagonismo coral que primaba en la película anterior, mediante una historia de encuentro con una entidad fantasmagórica que tampoco llega a desarrollarse del todo y se queda finalmente en poco más que una anécdota.

Muchos personajes, pero poco aprovechados

El empeño en asociar al mayor número posible de personajes de las dos primeras películas de la franquicia no lleva a un desarrollo sólido de los mismos, sino a su mera incorporación para aparecer en las fotos promocionales, problema que ya hemos visto en las últimas entregas de otros relanzamientos de franquicias como las de Indiana Jones o Jurassic World.

La contribución de los veteranos al argumento no solo es parca y episódica, sino que por acumulación de personajes incluso impide el desarrollo más pleno de los nuevos protagonistas, y vemos así cómo las contribuciones Carrie Coon, Finn Wolfhard, Celeste O´Connor o Paul Rudd. Ejemplo: el reencuentro del personaje de Wolfhard con el de Celeste es tan episódico como todo lo demás que se narra en la película, y desarrollado con la misma prisa.

El conflicto de aceptación del personaje de Rudd en la familia en pulso con el personaje de Grace se insinúa, pero tampoco se desarrolla, como todo el resto de la dinámica de esa familia que se prestaba a un juego más interesante de evolución como grupo de la película anterior a ésta del que finalmente nos ofrece el nuevo largometraje que ahora se estrena. 

Demasiadas cosas quedan reducidas a lo anecdótico, sin evolución alguna de los personajes, más bien lo contrario: víctimas de un estancamiento que contradice lo que prometían en la película anterior.

Por otra parte, Bill Murray hace simplemente una visita a la franquicia, aunque le hayan dado al menos una secuencia con la aportación más curiosa de esta segunda película, el personaje de Kumail Nanjiani, que sin embargo no llega a desarrollarse tanto como podría por pura falta de metraje y de ejercicio más sólido de guion para dar cobijo y protagonismo a todos los personajes que habitan la trama.

Eso afecta incluso al propio antagonista. Tanto si es humano, caso del alcalde, como si es sobrenatural, caso de la nueva amenaza diabólica, presentada también con prisas y demasiado apegada al relato arquetípico de origen del antagonista, uno de los problemas que tiene la película, cuyo guion repite el tema del desahucio planteado ya en la segunda película de la saga, y en general aporta poco novedoso a lo planteado por ésta en todo su largo recorrido y sobre todo en Cazafantasmas: Más allá.

Te gustará si te gustó…

Se queda por debajo y en inferioridad frente a Cazafantasmas: Más allá, y las dos primeras entregas de la franquicia, a las que imita, pero es mejor que la versión femenina de Ghostbusters.

                                                      Miguel Juan Payán

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