Crítica Cerdita película dirigida por Carlota Pereda con Laura Galán, Claudia Salas, Camille Aguilar, Pilar Castro, Carmen Machi
Convincente acercamiento a l infierno que sufre una joven a la que le hacen la vida imposible las chicas de su pueblo, debido a que no les gusta su aspecto físico.
En 1976, Brian De Palma sorprendió a los espectadores con la trágica historia de Carrie White: una adolescente que sufría una cruel persecución por parte de las demás alumnas de su instituto, y que finalmente ocasionaba una masacre, cegada por la ira y la descarga ante las maquiavélicas torturas a las que la chica era sometida en la noche del baile estudiantil. Carlota Pereda parece asumir los resortes dramáticos de este relato, basado en la homónima novela de Stephen King, en Cerdita: un sorprendente e imaginativo largometraje, que mezcla el dolor existencial que produce el bullying y el efectismo de las películas del género slasher.
El argumento del film, el cual alarga el homónimo cortometraje elaborado por Carlota Pereda en 2018, retrata el oscuro mundo en el que vive Sara (Laura Galán): una muchacha que reside con sus padres y su hermano en un pueblo, a los que ayuda a sacar adelante la carnicería que estos regentan. Pero la protagonista no es feliz, ya que es objeto de las burlas salvajes por parte de Maca, Roci y Clau, a las que parece molestarles el cuerpo obeso de Sara, y a la que llaman “cerdita”. Un día, la adolescente va a la piscina, donde se encuentra con un hombre misterioso que sale del agua. El individuo no dice ni una palabra, aunque sí observa cómo Maca, Roci y Clau le gritan crueldades a Sara. Cuando este se marcha, las tres agresoras juegan a ahogar a la protagonista, mientras le roban la ropa y el móvil. Casi desnuda, Sara huye a refugiarse en su casa, pero en el camino ve al silencioso tipo de antes, el cual se lleva a una mujer sangrando en el interior de una furgoneta. A partir de ese instante, nace una extraña relación entre la adolescente ultrajada y el asesino.
Carlota Pereda monta una ingeniosa trama con diferentes registros cinematográficos, que se superponen para diseñar un largometraje desconcertante y extremadamente brutal. Una película en la que sobresale el retrato de una persona herida por la persecución de la que es objeto, por parte de tres jóvenes que son los auténticos monstruos del lugar. No obstante, la incorporación del criminal, en medio de una historia que ya era de por sí bastante descarnada, no logra superar las escenas de maldad colectiva que conforman los insultos amedrentadores de las salvajes Roci, Maca y Clau.
Como en la mencionada Carrie, Sara se siente sola en el mundo, expuesta en todo momento a los que quieren destruirla por ser diferente. Una realidad que en la película de Carlota Pereda queda mitigada sutilmente por la presencia del criminal venido de fuera (en Carrie, Brian De Palma y Stephen King recurrían a los poderes paranormales de la dolida Carrie White). Ello da pie a la directora para construir una malsana relación entre el presunto defensor de la protagonista y la perdida teenager, aunque este sentimiento nuca llegue a funcionar del todo en la movie.
Bajo semejantes coordenadas artísticas, Laura Galán ejecuta una sorpresiva y emotiva caracterización de Sara. Un rol al que alimenta con gestualidades y acciones que denotan sus miedos, sus tristezas abismales y su incapacidad para escapar de los insultos, la traición, la incomprensión y las burlas.
Jesús Martín
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