Crítica Destino Final Lazos de sangre película dirigida por Zach Lipovsky y Adam B. Stein
Vuelve Destino final con Lazos de sangre, que seguramente sea la entrega más salvaje y desvergonzada de la saga. Y la más divertida.
De qué va Destino Final: Lazos de Sangre
Una joven tiene una pesadilla recurrente en la que aparece su abuela, quien es víctima de un terrible accidente, donde fallecen muchísimas personas. Obsesionada con esa pesadilla que no le deja dormir, empieza a investigar y descubre que su abuela tuvo una premonición que salvó a cientos de personas y ahora La Muerte quiere acabar con el trabajo y matarla a ella y todos sus descendientes que jamás tenían que haber existido…
Destino Final regresa del olvido
Han pasado 14 años desde que Destino Final 5 llegase a las salas de cine y, aunque la película dio beneficios por su recaudación en todo el mundo, la saga había quedado un poco olvidada y aparcada. Las tres primeras entregas habían sido relativamente baratas de producir, y su modesta taquilla había generado beneficios, pero con la cuarta entrega se subieron las apuestas, casi duplicando el presupuesto de la primera entrega, y se convirtió en la más taquillera de la saga hasta la llegada de Lazos de sangre, con casi 200 millones recaudados en todo el mundo.
Pese a todo ello, se había dejado descansar la saga durante casi 15 años hasta la llegada de esta nueva entrega que, no sólo va a convertirse sin problemas en la más taquillera de toda la franquicia, sino también en la mejor de todas ellas. ¿Por qué? Porque sus realizadores, Zach Lipovsky y Adam B. Stein, junto con Jon Watts que se encarga de la historia y produce la película, han decidido apostar por el humor y la barbarie en lugar de por darle un sentido a la historia. De hecho, cuanto más sentido se le intenta aplicar, menos se disfruta.
Aquí hemos venido por el gore, digital y desproporcionado, y por las muertes bizarras e inventivas, algo que, pese a lo que algunos creen o quieren creer, no inventó Destino Final, pero sí ha convertido en un arte. Cosas como las interpretaciones o la coherencia de la propia historia, son lo de menos. ¿Las normas de la muerte? Se supone que siguen siendo las mismas, aunque pueden cambiar de una escena a otra, según les convenga a los directores o al guión. Y, en este caso, no importa. Esto no es cine de terror. Es barbarie pura y dura, y muy divertida.
La mejor entrega de la saga
Lo que hace que Lazos de sangre destaque por encima de todas las demás entregas es justo eso, su falta de pretensiones y lo claro que lo tiene todo desde el inicio. No quiere asustarnos, quiere que seamos cómplices de La Muerte y disfrutemos con cada nuevo y cuidado ejercicio de gore, casi todo creado por ordenador, que nos propone a lo largo de sus 105 minutos de metraje. ¿Para qué revestir eso de falsa pompa o de una intriga innecesaria cuando todos sabemos a lo que hemos venido?
Además, es, narrativamente, la más pulcra y cuidada de todas las entregas. Incluso cuando el ritmo se le descompone en su primera parte, donde le cuesta arrancar. Incluso cuando algunas interpretaciones son más que cuestionables. La película no se deja derrotar por esos problemas y nos ofrece auténticas joyas visuales para los fans del género, como la escena del hospital, con mucha mala uva y con bastante gracia. No es más de lo mismo porque no se toma en serio jamás a sí misma (el final es buena prueba de ello). Por eso funciona tan bien y, por eso, nos deja con ganas de más.
Jesús Usero
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