Crítica El llanto película dirigida por Pedro Martín-Calero con Ester Expósito, Mathilde Ollivier, Malena Villa
Una película dispuesta para el gran público, pero con alma de cine independiente.
De qué va El llanto
Andrea es una joven que empieza a sentir que una presencia extraña la amenaza, una presencia que no puede llegar a ver a simple vista, pero que está ahí, y que hace veinte años acosó a Marie al otro lado del océano. Una amenaza que hace que un llanto aterrador llegue hasta ella.
Un ejercicio de estética
No es fácil debutar como director de largometrajes, y mucho menos ganar la Concha de Plata a la mejor dirección en el festival de cine de San Sebastián. Pero eso es lo que ya ha conseguido Pedro Martín-Calero, con la inestimable ayuda de Isabel Peña en el guión y de un grupo de actrices totalmente entregadas a una historia de terror que tiene mucho de conceptual y que, sin duda, quiere llenar salas de cine, pero al mismo tiempo no perder su espíritu de cine independiente y no convencional. Su aproximación al género es distinta y llena de matices. Su forma de presentar la historia destaca y, pese a todo, siempre tiene claro que es una película de terror.
Eso no quita que la película divague demasiado y que el espectador, en líneas generales, se quede con dos palmos de narices cuando la historia termina. Nada es explicado, las historias quedan colgadas y en cierta medida inconexas, la trama olvidada por momentos. Es una película brillantemente dirigida, que sabe cómo crear tensión y cómo provocar terror con un par de momentos memorables, y con una figura, la de esa entidad que amenaza a las protagonistas, realmente espeluznante. Hay varios momentos en los que un escalofrío recorrerá el cuerpo del espectador, y además sin necesidad de sustos gratuitos.
Para asentar todo eso, el director se apoya en el trabajo brillante de sus tres actrices protagonistas, Ester Expósito, Malena Villa y Mathilde Ollivier, quienes dan vida a tres mujeres completamente distintas unidas por esta suerte de maldición. La historia transcurre en diversos lugares y tiempos, aunque es sencillo seguir esos cambios temporales sin problemas. Sin ellas tres, la película pierde sentido, porque se entregan a sus personajes y les aportan una humanidad enorme, haciendo que sea muy sencillo empatizar con lo que les está sucediendo. Son el alma de la película.
Brillante en la ejecución, pero con altibajos en el guión
El problema de El llanto nunca van a ser sus protagonistas ni su director. El reconocimiento de un festival como San Sebastián se nota desde las primeras secuencias. El director sabe muy bien lo que hace, integra muy bien las formas de comunicación actuales en la pantalla, y sabe mucho de puesta en escena. Especialmente en un género tan complicado, por trillado muchas veces, como el terror. Hay mucho que ofrecer y lo hace excelentemente, demostrando además que su trabajo con las actrices es impecable, sacando lo mejor de cada una de ellas.
Pero la película acaba por no sostenerse en su historia. Puede transmitir mucho emocional y visualmente, pero la historia no encaja nunca. La película nunca explica nada, absolutamente nada, al espectador, que acaba por no comprender qué ha sucedido, por qué ha sucedido y qué va a suceder a continuación. De hecho, el final podría ser, perfectamente, el inicio de la historia, donde por fin descubramos lo que ha pasado realmente. Pero prefiere dejarnos así, sin completar lo que ha sucedido, sin explicar nada. Y eso es demasiado arriesgado en una película como ésta. No termina de funcionar y nos deja con un extraño sabor de boca.
Jesús Usero
Crítica El llanto
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