Crítica El ministerio de la guerra sucia película dirigida por Guy Ritchie con Henry Cavill, Eiza González, Alan Ritchson, Alex Pettyfer
Diversión y acción a raudales para una nueva película de Guy Ritchie que, sin embargo, no llega a los niveles de otras de sus obras.
De qué va El ministerio de la guerra sucia
Inspirada en hechos reales y en las operaciones lideradas por el Mayor March-Phillips, la película nos traslada a la Segunda Guerra Mundial y cómo un grupo de soldados intentan llevar a cabo una operación de sabotaje que debilite la presencia nazi en el Atlántico.
Guy Ritchie intenta hacer su Malditos Bastardos
No cabe duda que Guy Ritchie es un director y guionista con enorme personalidad que ha sabido mostrar ese talento incluso cuando ha participado en grandes superproducciones, con mayor o menor fortuna. Y aunque la mayor parte del tiempo le recordemos por su acercamiento al cine de criminales británicos, con películas como The Gentlemen, RocknRolla, Snatch. Cerdos y diamantes o Lock & Stock, el género de espías no es precisamente nuevo para él, ni tampoco el bélico, donde recientemente rodó El pacto.
En esta ocasión, a camino entre los dos géneros, busca acercarse a lo que Tarantino consiguió con Malditos Bastardos. Ese es el espejo en el que se refleja y, pese a que tiene esa personalidad de la que hablábamos antes y la película es muy disfrutable, son tantas las ganas de parecerse a aquella película que el resultado final se desdibuja un poco y no consigue maravillarnos como si lo hizo en otras películas como Operación U.N.C.L.E., también con Henry Cavill. El resultado es demasiado irregular en el ritmo y, por momentos, parece que la película daba pie a una miniserie para contar toda la historia…
Henry Cavill, el líder de este grupo de peculiares soldados
Aunque Henry Cavill sea la estrella de la función, o el nombre más reconocible, hay que tener en cuenta que la película es un esfuerzo coral, con un reparto de lo más interesante y variado, y llena de momentos en la que todos los personajes pueden brillar. No permite mucho espacio a esos personajes para crecer, porque muchos quedan en un simple boceto de lo que podían ser, pero sí que sabe repartir el protagonismo y jugar con ellos para que no sea simplemente el show de un solo hombre.
En ese sentido, quien brilla realmente en la historia es Eiza González, no sólo porque es quien más tiempo tiene en pantalla, sino porque sabe aprovecharlos con su trama de espionaje. Además la película hace algo muy bien, evitando la historia real, dejándola de lado por momentos, y evitando así la historia romántica. El juego de González con Til Schweiger, pero… uno piensa todo el tiempo en Christoph Waltz y la cosa se enfría demasiado.
Gran espectáculo, pero problemas de ritmo
La película sabe dar espectáculo, y comienza de una forma increíble, no sólo presentando al personaje de Cavill, su equipo y su misión, sino también con una escena en un campamento nazi realmente sensacional, con un tono brutal y un humor impagable. Pero a partir de ese momento, hasta el tercio final, el ritmo se resiente, y la película va a trompicones entre momentos acelerados (el viaje en barco) y otros en los que hace demasiado hincapié. Es un camino sinuoso que en la trama de espionaje, pese al esfuerzo de los actores, decae un poco, mientras que lo más interesante se queda corto y no tenemos todo lo que podía ofrecer.
Por eso la sensación, pese al espectacular despliegue del final, queda algo desparejado, queda algo desdibujado. No es algo que destroce la película, pero nos hace pensar que quizá una miniserie de cuatro episodios hubiese dado un relato más igualado, más uniforme y con mejor desarrollo de personajes, y mejor ritmo ante todo. Pese a ello, la película es muy disfrutable, tiene mucho humor y tiene el encanto de su magnífico reparto.
Te gustará si te gustó…
Aunque quiera ser Malditos Bastardos, no llega a ella ni en broma, y se queda en algo más cerca de Operación Fortune, también de Ritchie, pero ambientada en la Segunda Guerra Mundial.
Jesús Usero
Crítica El ministerio de la guerra sucia
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