Crítica Eureka película dirigida por Lisandro Alonso con Chiara Mastroianni, José María Yazpik, Rafi Pitts, Viggo Mortensen
Crítica Eureka: En Eureka predomina la forma sobre el contenido dando una obra que a veces peca de pretenciosa.
¿De qué va Eureka?
El director argentino Lisandro Alonso nos sumerge en un viaje por diversas historias muy distintas entre sí pero con un hilo común: El mundo y vida de los nativos americanos en diferentes periodos de la historia.
Crítica Eureka
Al empezar Eureka, sentía que estaba ante algo que verdaderamente me había atrapado. Un western sobrio presentado y rodado como uno que se hubiera rodado en la época en la que este tipo de cine era la moda del momento. La ambigüedad del personaje principal y el mundo que le rodeaba era un gancho que funcionó, pues estaba completamente comprometida con lo que estaba viendo.
Y de repente, la película pega un giro completo y te presenta una historia muy distinta. Una historia dentro de otra historia que descoloca por completo al espectador. El golpe del cambio se queda contigo durante gran parte del metraje, esperando ver cómo ese principio se relaciona con el camino que está tomando la cinta en esos momentos.
Y aquí es donde la película de Alonso empieza a decaer sin freno hasta convertirse cada vez más en un cascarón cuya forma es refinada, bonita, y con varios matices, pero su contenido es vacío, sin sabor, que peca de pretencioso con secuencias alargadas hasta la saciedad sin aportar ni decir nada. La siguiente historia que presenta tras la del western empieza interesante, enlazada con el cambio de estilo el espectador inevitablemente queda prendado, deseando ver cómo y por qué se ha dado ese cambio. Tristemente, no llega y empieza a narrar esta siguiente historia la cual, simplemente, es la ronda de una oficial de policía hastiada con su trabajo para luego cambiar a la tercera historia que tiene retazos de realismo mágico.
Este realismo mágico es el elemento común que hay en las distintas historias que conforman las dos horas y media de metraje, sin embargo, es un enlace tan débil que al final se siente una absoluta desconexión entre todos los relatos y deja la sensación de que, realmente, no sabes lo que la película intenta contarte. No sabes qué mensaje quiere transmitirte.
Una vez que llega el ecuador de la cinta, una se pregunta por qué sigue mirando cuando lo que pueblan los minutos, en su absoluta totalidad, son secuencias exageradamentes largas, visualmente muy bonitas, con una estética atrapante, especialmente en la última parte de la cinta, pero que al final del día… No dicen absolutamente nada. Estética por encima de contenido.
Es una pena porque realmente, sobre todo con el inicio y el giro que da después de la historia que protagoniza Viggo Mortensen, podría haber sido una película excelente, con una fuerza impresionante, la atención, la confusión y la curiosidad del espectador estaban ahí para explotarla y llevarle por un camino interesante, más aún para explotar lo que intenta por medio de su premisa: La identidad nativa americana con respecto al mundo que les rodea y cómo se les representan. Por el contrario, se queda en una película fallida que da la sensación de que juega a sentirse profunda intelectualmente sin en verdad serlo, o al menos se queda en un nivel muy superficial al no ser capaz de hilar bien sus simbolismos con lo que intenta contar y criticar.
Eureka empieza como una propuesta fuerte que engancha al espectador y lo atrapa en sus redes, pero que, a medida que avanzan los minutos, esas redes se vuelven débiles hasta que se desprenden del todo.
Elena Campos
Crítica Eureka
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