Crítica Fast and Furious X película dirigida por Louis Leterrier con Vin Diesel, Jason Momoa, Michelle Rodriguez, Tyrese Gibson
Nada nuevo bajo el sol, pero sigue siendo enormemente efectivo si se es fan de la saga.
Porque llevamos ya diez entregas de Fast & Furious, y ahora mismo, sorprenderse, sería un auténtico milagro. Todos los recursos y argumentos posibles están acabados, todo lo que Toretto y familia tienen que ofrecernos ha sido ofrecido una y otra vez. Les hemos visto enfrentarse no solo a carreras imposibles contra los coches más trucados y tuneados del mundo, sino también a tanques, aviones e incluso un submarino nuclear. Es más, en la última entrega incluso viajaban al espacio…
No queda mucho espacio para la sorpresa, pero no creo que sea lo que los fans buscan. Aquí lo importante es que el viaje de algo más de dos horas esté cargado de adrenalina, de enemigos formidables y que no deje ni un minuto de respiro al espectador. Para todo lo demás, hay otras sagas de acción mucho más preparadas.
La trama nos lleva por un momento de vuelta a la quinta entrega de la franquicia, la primera en la que aparecía Dwayne Johnson, y cuando la saga dio un paso adelante y cambió por completo, convirtiéndose en un producto de acción internacional, con tintes de thriller de espías a lo Misión Imposible, y con las escenas de acción más inverosímiles e imposibles. Desde ese punto aparece un nuevo villano que busca venganza, pero no una venganza cualquiera.
Quiere hacer sufrir a Dominic Toretto y los suyos, para lo que ha elaborado un siniestro plan que, como siempre, llevará a nuestros protagonistas por todo el mundo. Incluyendo nuevos personajes en ambos bandos, y con la presencia de los queridos personajes que ya conocemos. Lo que, por cierto, causa uno de los mayores problemas en la película, demasiados personajes, demasiados frentes abiertos, muchos abandonados al poco de ser presentados.
En ese sentido, hay cierta descompensación con los personajes nuevos. Algunos, como Alan Richtson y Daniela Melchior, funcionan bien. Otros, como Brie Larson, no lo hacen. Otros son simples adornos. John Cena encaja como pocos en la saga, mientras que algunos de los habituales tienen menos tiempo en pantalla de lo habitual, porque hay cierta sensación de que esta película es, en realidad, la antesala de otra mucho mayor. Aunque quien se lleva el gato al agua es, sin duda, Jason Momoa, con un personaje tan disparatado como lleno de personalidad, uno de esos malos a los que da gusto odiar, y que es perfecto para rematar la saga con sus dos últimas entregas. Es el rey de la película y se lo pasa en grande en esta saga, con una clara inspiración en el Joker de Heath Ledger sin alcanzarle nunca. Por cierto, si van a hacer un spin off femenino, es obligatorio contar con Charlize Theron y Helen Mirren. Cuando salen ellas, la película mejora.
Louis Leterrier siempre ha tenido un problema narrativo con el montaje videoclipero, pero aquí parece haberlo superado y todas las escenas de acción se ven perfectamente y se entienden sin problemas. No son las más espectaculares de la saga, pero son muy divertidas, sobre todo la que acontece en Roma. El resto es más de lo mismo… pero no pilla a nadie por sorpresa. La película es tan inocua como efectiva. Puro entretenimiento creado para los fans, con poca sustancia, pero que no se toma en serio a sí mismo (más allá de algunos momentos con Vin Diesel). Por eso sigue funcionando. No intenta reinventar la rueda, conoce sus limitaciones pero también sus virtudes, y nos da un viaje tan trepidante como simple. Más de lo mismo pero muy bien servido. Deseando ver la siguiente entrega.
Jesús Usero
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