Crítica Godzilla y Kong: El nuevo imperio ★★★ (2024)

Crítica Godzilla y Kong: El nuevo imperio película dirigida por Adam Wingard con Rebecca Hall, Brian Tyree Henry

Pura onomatopeya visual, pero mejor que la anterior de Godzilla y Kong.

Tres viajes en paralelo

Espectacular y trepidante, Godzilla y Kong: El nuevo imperio no defrauda. Da lo que promete en su publicidad y fotos promocionales: aventura y acción, algo de ciencia ficción, una dosis mayor de peripecias en la Tierra hueca.

Esto es lo que se echaba en falta en la película anterior de los dos titanes, y un buen ritmo narrativo sustentado sobre el desarrollo de la trama como un triple viaje: los humanos investigando el origen y enigma de una señal recibida del otro lado e incorporando al argumento el recurso de la civilización perdida, Kong buscando amigos y enemigos nuevos y metiéndose en problemas en la Tierra hueca, y Godzilla haciendo turismo por todo el mundo a su estilo, esto es: destrozando ciudades y monumentos.

Los  responsables de la película han sabido sacar el mejor partido para el ritmo a la alternancia de estos tres caminos de aventura que acaban cruzándose en un desenlace ciertamente previsible y se mueven en parámetros básicos que por otra parte se corresponden plenamente con el tipo de producto de ocio y evasión que están cocinando.

Eso incluye el hándicap de prácticamente nulo desarrollo de personajes y conflictos, porque todo el metraje está dedicado a encadenar secuencias de acción continuamente y no hay tiempo para nada más. Pero al menos en esa fórmula, son conscientes de las limitaciones de la misma y saben esquivar los errores de prolongación innecesaria de metraje cometidos por otras producciones de la misma índole, por ejemplo: Meg, 1 y 2.

De hecho, Godzilla y Kong: El nuevo imperio hace bien todo lo que hicieron mal aquellas otras dos películas del tiburón prehistórico gigante empeñado en merendarse a Jason Statham.

Más King Kong que Godzilla

Otro acierto de la película es darle más espacio y desarrollo al viaje y aventuras de King Kong, que con el reloj en la mano es el protagonista de la película por presencia en el metraje y peso en el argumento, que a Godzilla. La verdad es que aunque en las últimas producciones japonesas, como Shin Godzilla (Hideaki Anno, Shinji Higuchi, 2016) y la notable Godzilla Minus One (Takashi Yamazaki, 2023), ambas mejores que las estadounidenses de los últimos tiempos, en Hollywood no acaban de sacarle jugo a Godzilla y le dan menos posibilidades de variación y desarrollo, lo cual que les resulta mucho más básico que el gran gorila.

De manera que aquí Godzilla está en calidad de socio invitado pero la trama se la queda principalmente Kong. Y su viaje por la Tierra hueca rescata algunas de las características que construyeron el mito del personaje en la Isla de la Calavera, lo cual suele funcionar bien como relato de aventuras, y está suficientemente bien respaldado por los oponentes de la megafauna con la que se relaciona el personaje.

Más Japón, menos Monarch

Otra decisión que han tomado los responsables de la película es situarla más cerca de ser un guiño en modo hiperbólico, con mayor despliegue de dinero y tecnología, de las películas japonesas originales de Godzilla, especialmente King Kong contra Godzilla (Ishirô Honda, 1963), Godzilla contra los monstruos (Ishirô Honda, 1964), Los monstruos del mar (Jun Fukuda, 1966) y La isla de los monstruos (I. Honda, J. Fukuda, Kengo Furusawa, 1969). Renuncian así a aprovechar el discurso, tono y rumbo aportado al universo de ficción por la serie Monarch, que es lo mejor que se ha hecho con las criaturas japonesas del Kaiju Eiga en Estados Unidos. Una oportunidad perdida. Un tren que lamentablemente se les ha escapado.

Eso sí, son coherentes con dicha decisión, y su manera de tratar los personajes como boceto, sin desarrollar, mera excusa para poner en fila a los monstruos y dejar que se aticen tollinas, responde a los mismos códigos básicos en argumento y personajes que dominaban en la saga japonesa.

Ránking de películas de la saga

Así las cosas, hay que aclarar que no es Godzilla Minus One, ni lo pretende, porque si algo tiene claro es su verdadera identidad como producto básico de esparcimiento primario puramente visual y visceral, sin complicarse, elevado de la serie B original japonesa al rango de blockbuster estadounidense tratado con anabolizantes en forma de dólares y tecnología.

En lo referido a su ubicación dentro de las películas de la saga en curso, ocupa el tercer puesto de lo más potable y disfrutable de la misma, tras Godzilla (Gareth Edwards, 2014), que sigue siendo la mejor de esta nueva serie, y Kong: La isla Calavera (Jordan Vogt-Roberts, 2017), es más divertida y funciona mejor que Godzilla vs. Kong (Adam Wingard, 2021) y por supuesto que la más floja de todas y última de mi lista de mejor a peor, Godzilla Rey de los monstruos (Michael Dougherty, 2019).

                                                                        Miguel Juan Payán

Copyright 2024 AccionCine. Se permite el uso del contenido editorial del artículo siempre y cuando se haga referencia a su fuente, además de contener el siguiente enlace: www.accioncine.es

Síguenos en nuestro canal de WhatsApp o Telegram para recibir las noticias en tu móvil o únete al grupo AccionCine de Telegram para conversar de cine y hacer amigos. 

2013 2018 accion analisis anime Avatar avengers Batman bluray cartelera Christopher Nolan cine criticas crítica Deadpool disney entrevista españa estreno James Cameron juego de tronos manga marvel Netflix opinion pelicula poster remake review Revista secuela Series Tv Spiderman Star Wars Sylvester Stallone taquilla taquillas The Batman Tom Cruise Trailer vengadores Vengadores: Endgame video videocritica zack snyder

noreadigital