Crítica de la película La Familia que tú Eliges
Magnífica película, humana, cercana y muy divertida.
Tyler Nilson y Michael Schwartz llevaban tiempo deambulando por Hollywood, entre papeles de medio pelo uno y producciones olvidadas el otro, pero aquí debutan como directores de largometrajes y guionistas, en un proyecto humano, con alma, con un reparto sensacional y que tiene muy pocos peros, porque además una historia que podía haber sido alargada innecesariamente ni siquiera dura 100 minutos. Lo malo es que hayamos tenido que esperar tanto a que la película se estrene en nuestro país, ya que lleva un año estrenada en muchos países. Pero, honestamente, ha merecido la pena la espera. Sobre todo en estos tiempos tan peculiares en los que vivimos. Una feel good movie como esta se agradece muchísimo para sonreír un poco. Curiosamente la segunda con Dakota Johnson en apenas unas semanas…
La historia es la de un joven con síndrome de Down que se escapa de la institución en la que vive al estar sin familia, para alcanzar su sueño, convertirse en luchador de wrestling entrenando con su ídolo, Salt Water Redneck. Para ello emprende un viaje que le une a otro hombre que huye, Tyler, quien tiene un pasado que le atormenta y un presente demasiado peligroso. Su camino les llevará por los deltas camino a Florida, mientras que la única personaje que parecía interesarse por el joven parte en su busca también. Una road movie que a ratos recuerda a El Camino a Casa, otras veces a Pequeña Miss Sunshine o incluso a Mud. Pero en todos esos casos, consigue prevalecer su personalidad única.
Por supuesto el descubrimiento de la película es Zack Gottsagen, el joven de 22 años con Síndrome de Down que roba la película con su honestidad, su naturalidad y su forma de interpretar a un personaje que es cualquier cosa menos una burla. La película nunca es condescendiente con él. Ni le trata como a una figurita de cristal que puede romperse. Le trata con dignidad, humor, humanidad… y el joven actor responde y de qué manera. Shia LaBeouf está en uno de sus mejores papeles recientes, y creo que pocas veces Dakota Johnson ha estado más aprovechada en un papel. La chica, cuando se aleja de lo que le dio fama, tiene tablas, talento y maneras de estrella. Por supuesto no viene nada mal que te asistan nombres como Thomas Haden Church, John Hawkes, Jon Bernthal o Bruce Dern, aunque lo de los dos últimos parece casi un cameo.
Visualmente fascinante, aprovechando la presencia y el encanto de un paisaje lleno de vida, de secretos y de rincones ocultos, la película es un viaje de redescubrimiento, de cumplimiento de sueños y de amor. Del amor perdido (no tiene por qué ser romántico) de la redención encontrada, o hasta de la presencia de Dios (en una escena tan hilarante que sólo por ella merece la pena ver de nuevo la película). Su humor sencillo nos gana, y su humanidad nos llega. Pero al final, su camino marcado que podía haber dejado otra huella, otro poso, se desvía un poco. Lo justo como para derrapar en la línea de meta. Casi como si no quisiera cruzarla. Eso y que el rapero Yelawolf no cumple como el resto del reparto. Por lo demás, una pequeña joya.
Jesús Usero
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