Getting your Trinity Audio player ready...
|
Crítica La Singla documental dirigido por Paloma Zapata
Paloma Zapata rescata del olvido a una de esas artistas únicas arrastradas por la tragedia y le devuelve la mirada fascinada que merecía su magia.
De que va La Singla
Antonia Singla ‘La Singla’ fue una bailaora sorda de Barcelona que revolucionó el mundo del flamenco con su mirada arrebatadora y su forma de bailar descarnada a finales de la década de los 60’. Cincuenta años después casi nadie la recuerda, pero Elena, obsesionada con la enigmática figura, de propone reconstruir su historia.
Crítica La Singla
Al finalizar La Singla sobrevuela una pregunta que amenaza con volverse obsesiva. Cuando caminamos por la calle, hacemos la compra o nos sentamos en un parque y miramos a nuestro alrededor solo vemos personas. Cada una con un viaje íntimo, sus dramas propios y vicisitudes vitales totalmente ajenas. Pero pocas veces atendemos a las posibilidades que estos presentan, como por ejemplo que la persona observada cuya mirada triste y perdida nos propone mas indiferencia que duda, en realidad esconda una historia fascinante a la par que enigmática.
El mundo está lleno de juguetes rotos. Estamos tan hartos de que nos cuenten como Hollywood o la industria de la música engulle los sueños de los jóvenes para devolver un pellejo vacuo de la persona que fueron (o pudieron ser), que no recordamos como también aquí se atenta contra la justicia poética. Cuando Elena (Helena Kaittani ficcionando la posible búsqueda de la autora) descubre una de estas carreras truncadas, se obsesiona con ella hasta el punto de necesitar reconstruir una línea temporal difusa y responder las preguntas que se empiezan a amontonar en su cabeza. Preguntas que tal vez no tengan ninguna respuesta.
En muy acertado formato documental asistimos, en paralelo y con la voz en off de Elena, a un abanico amplísimo y exquisito de imágenes de archivo, programas de televisión y fotografías centrados en Antonia Singla ‘La Singla’, un joven gitana surgida de la barriada marginal de El Somorostro, en Barcelona, durante la década de los 60’. Su sordera de nacimiento no la impidió desempeñar una fulgurante carrera como bailaora de flamenco, motivada por la conjunción fascinante que resultaba la combinación de su incapacidad auditiva y un talento innato para arrebatar a base de taconeo y una mirada penetrante. La reconstrucción nos traslada desde sus inicios a la orilla del mar hasta los ambientes bohemios de la Barcelona de la época, donde llegó a codearse con Salvador Dalí, y a las giras internacionales, ocupando su nombre un lugar privilegiado al lado de titanes como Raphael. Su tremendo éxito en tierras germánicas y otros destinos europeos la mantuvieron en los focos durante años, pero una compleja relación con una figura paterna mas que cuestionable la apartó de la fascinación del público y secó una flor que todavía tenía mucho que ofrecer.
La obra se las apaña para que cuanto mas datos se nos presenten, mas crezca la intriga alrededor de la capacidad de la sociedad para enterrar una figura de un calado semejante dentro de un mundillo que no atesora decenas de nombres importantes. Su arte fue capaz incluso de compartir pantalla cinematográfica con Carmen Amaya en Los Tarantos (1963) de Francisco Rovira Beleta, y aun así el tiempo fue cruel hasta el punto de borrar su existencia hasta para las personas mas cercanas a ella, ajenas a que la sonrisa imperante en realidad escondía ese sufrimiento tan frecuente tras la cortina del escenario.
Cierto es que la ficción funcional a modo de conexión vehicular del relato, dirigida a toparse con la persona real, resulta sumamente torpe, acuciando unas maneras televisivas al máximo y un carácter amateur que amenaza con segar el interés de raíz. No obstante, el poder de cada taconeo y de cada mirada, lo enigmático de una propuesta surrealista que se codea en temática con la genial Searching for Sugar Man (2012) y un final que, como comentaba al principio, no solo no cae en la desesperación de dar respuestas sino que abre nuevas cuestiones fundamentales, mantienen la dignidad de un proyecto de arqueología humana y artística merecedora de no caer en esa desmemoria sobre la que es mas que necesario navegar.
Te gustará si te gustó…
Su interés por la figura del artista olvidado que triunfó fuera de sus propias fronteras trae a la memoria la genial Searching for Sugar Man (2012).
Miguel Ángel Espelosín
Copyright 2022 AccionCine. Se permite el uso del contenido editorial del artículo siempre y cuando se haga referencia a su fuente, además de contener el siguiente enlace: www.accioncine.es
noreadigital.es expertos en videomarketing