Crítica de la película Melanie, the Girl With All the Gifts
Interesante aporte a las películas de zombis que demuestra que todavía hay espacio para seguir explotando la fórmula.
Hay quienes la han puesto a parir por tener el atrevimiento de intentar seguir explotando el subgénero zombi, que muchos ya quieren enterrar definitivamente con la misma precipitación que suele ser habitual en este tipo de ceremoniales de enterramiento prematuro, en contra de lo que parece pensar el público, que sigue mirando con curiosidad todo tipo de trama que tenga que ver con el asunto de los muertos vivientes. En lugar de escuchar a los analistas sesudos que predicen la muerte del subgénero por agotamiento, los artífices de Melanie, the Girl With All the Gifts han preferido atreverse a ver qué se podía hacer con el asunto aportando cosas si no del todo novedosas, al menos sí curiosas y dignas de ser apuntadas en positivo por el espectador en general, sea o no aficionado al subgénero en el que se enmarca el largometraje.
La mejor aliada que tienen en ese sentido es la protagonista. La historia de partida inevitablemente va a ser la misma de siempre: futuro post-apocalíptico, la humanidad diezmada y echa mierda por un virus que convierte al personal en flipado caníbal, supervivientes que se rompen el lomo para seguir vivos rodeados de zombis. Pero el trazo que define la personalidad de esta película son sus actores, y más concretamente dos de sus actrices, que sustentan un planteamiento argumental no nuevo pero sí muy trabajado en cuanto a conflictos y motivos. No es nuevo porque en muchos aspectos recuerda a 28 días después y en otros remite claramente a las peripecias de la serie The Walking Dead, eso sí, esquivando su “existencialismo parlante”. El aporte de Glenn Close me ha llevado a darme cuenta de que no estamos viendo a esta mujer tantas veces en una pantalla grande o pequeña como sería de desear. Es una de las grandes que se dosifica en exceso para mi gusto, y si me permiten la opinión, la única heredera capaz de llegar a sustentar el tipo de personaje que hoy en día está interpretando Helen Mirren. Dicho de otro modo: denme más Close y menos Meryl Streep, con todos mis respetos para los seguidores de la segunda, a la que no obstante, y reconociéndole todo su talento, sigo sin poder tragar o creerme cuando la veo en una pantalla.
El otro “factor-actor” que tiene Melanie es su protagonista, Sennia Nanua, a la que veremos también espero que con mucho papel en la película de Pantera Negra. Nanua tiene un papel que es un caramelo, para lucirse, pero no es nada fácil, porque trabaja a medio camino entre la ternura y la amenaza, y además en definitiva todo el armazón de la película se asienta sobre su trabajo. Así que sobre sus hombros reposa que esta propuesta eficaz y bien resuelta en lo visual por el director de algunos muy buenos capítulos de las series Peaky Blinders y Doctor Who tenga la frescura que necesitan las nuevas aportaciones al género zombi.
Miguel Juan Payán
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