Casey Affleck y Lucas Hedges brillan con luz propia, en este convincente y profundo drama.
Tan agreste como el paisaje en que transcurre, Manchester frente al mar es una de esas pelรญculas cuyo poso queda mucho despuรฉs de finalizar los tรญtulos de crรฉdito. Apoyado en las excelentes localizaciones de carรกcter costero, Kenneth Lonergan mete el frรญo ambiente de Massachusetts en los huesos de los personajes, como si estos se hallaran contaminados por la depresiรณn medioambiental que domina la regiรณn norteรฑa donde transcurre la trama.
Precisamente, el personaje principal (al que encarna con precisiรณn milimรฉtrica, y mimetismo asfixiante, Casey Affleck) es el mรกs importante valedor de la apuesta del director, destinada a construir un filme carente de artificios innecesarios, y en el que cualquier elemento tiene su sentido de existencia.
Como si fuera una crรณnica costumbrista sobre la tristeza imperecedera del hombre contemporรกneo, el guion sigue el camino hacia la huida voluntaria de Lee Chandler (Affleck): un tipo sin alegrรญas a las que acogerse, que malvive en Boston con un humillante trabajo. La pรฉrdida en un incendio de sus dos hijas es lo que ha llevado a este individuo a ese estado de zozobra, hasta que recibe la terrible noticia de la muerte de su hermano, por culpa de una enfermedad cardiaca.
La llegada del protagonista a su pueblo natal (Manchester) desata un sinfรญn de emociones contrapuestas, mediatizadas por su imposibilidad para hacerse cargo de su sobrino adolescente (al que pone fรญsico el enรฉrgico Lucas Hedges).
Lonergan elabora la cinta con la ausencia total de adornos superfluos y con unos decorados espartanos, en los que รบnicamente quedan en pie las interpretaciones desnudas de los seres de carne y hueso que llenan la pantalla.
Un ejercicio de malabarismo dramรกtico, en el destaca con magistral aplomo el cada vez mรกs inquietante Casey Affleck. El hermano de Ben no goza de la gรฉlida prestancia de su brother, pero tampoco es de los que abandona su discurso a los histrionismos vacuos. Muy al contrario, el completo intรฉrprete de Adiรณs, pequeรฑa, adiรณs demuestra que ha alcanzado una madurez peculiar, como violentada por los accesos de los comportamientos a punto de estallar.
Casey ve a Lee como un volcรกn en el punto de ebulliciรณn, situaciรณn que encuentra la perfecta rรฉplica en el joven Lucas Hedges (quien encarna al confuso pariente huรฉrfano de Lee, un chaval llamado Patrick).
Pese a que los dos actores citados son los que mรกs quedan en la mente, la colaboraciรณn del resto del elenco hace que la pelรญcula funcione sin reservas. Unas pinceladas necesarias que dan con profundidad y eficacia gente con las tablas de Kyle Chandler y Michelle Williams.
Sin embargo, unos escasos flecos hacen que el libreto pierda parte de su contundencia escรฉnica. Esos cabos sueltos estรกn asociados con los continuos flashbacks, con los que Lonergan pretende dar un poco de coherencia a la tragedia que personifica Lee. Y lo consigue solo a medias, ya que algunas de las regresiones parecen demasiado aleatorias, y destinadas a mostrar aspectos escasamente vitales en el retrato de los personajes.
Jesรบs Martรญn
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