Getting your Trinity Audio player ready...
|
Crítica Mi camino interior película dirigida por Denis Imbert con Jean Dujardin, Jonathan Zaccaï, Joséphine Japy, Izia Higelin
Una película sencilla pero llena de contenido y belleza.
De qué va Mi camino interior
Un famoso explorador, aventurero y escritor sufre un estúpido accidente que destroza físicamente, lo que le llevará a probar la fuerza de la mente y la convicción de su capacidad de recomponer su cuerpo destrozado en un nuevo camino.
Crítica Mi camino interior
A pesar de un título en castellano que hace pensar en autobiografía de político venido arriba y en plena campaña para ocupar escaño y disfrutar prebenda, Mi camino interior es una película estimulante y un grato encuentro con el sosiego cinematográfico.
Otorga todo el poder evocador al enfrentamiento del paisaje interior del protagonista con las bellas vistas del paisaje exterior que le rodea, y convierte ese duelo en un saludablemente reflexivo ejemplo de película de itinerario. Contra pronóstico, logra eludir lo pedante trabajando sobre una sencillez minimalista que dibuja con mano firme el arco del protagonista dibujando con trazos breves pero contundentes los arcos menores en modo subtrama de los personajes que se va encontrando a lo largo de su camino. Demuestra así que somos tan importantes como la gente que nos acompaña en el camino de una existencia que no siempre sabemos compartir y agradecer con la humildad reverente que merece el milagro de seguir vivos.
Todo ello hace que, más allá de ser una película estimulante, Mi camino interior opere como un encuentro cinematográfico con carácter de experiencia vicaria en modo de senderismo sustituto para que los espectadores de replanteen el camino propio que están trazando en su experiencia de vida, o lo que es lo mismo: lo que realmente importa o no importa de lo que hacemos con todos y cada uno de los días que nos dejan estar en este mundo.
Jean Dujardin compone desde ese minimalismo difícil para el actor un viaje completo en el rostro y los gestos de este superviviente empeñado en seguir siendo él mismo contra todas las trabas que le pone por delante su nueva condición como víctima de sí mismo. Aparca así el tono de lamento y tristeza que califica y define a muchos de los protagonistas del cine de nuestros días para redefinir el concepto de valentía que necesitan desesperadamente estos tiempos en los que el audiovisual parece empeñado en fabricar solo ejemplos de victimismo llorón, de coleccionistas de lágrimas por las esquinas, cultivadores de pena y auto flageladores entregados al morbo del lamento y la culpa.
El protagonista de Mi camino interior es un ejemplo de la capacidad del ser humano para reconstruirse a sí mismo y seguir luchando por la vida sin tirar la toalla ni entregarse a la autocompasión. Se sitúa así prácticamente en las antípodas de todos esos antihéroes llorones que se pasean por los pasillos de la ficción audiovisual reclamando atención en todos aquellos lugares en los que el gigantesco y titánico Pierre Girard que interpreta Dujardin se las apaña trabajando consigo mismo en la soledad y el aislamiento de un camino en el que no necesita ni la compasión propia ni la ajena, sino simplemente seguir poniendo un pie delante del otro y proseguir con el reto que se ha impuesto como prueba de que puede llegar a recuperar suficiente de su verdadera identidad como para seguir procurando por la vida.
Su viaje, su camino y su hoja de ruta es toda una inspiración para los espectadores que se atrevan a zambullirse con él en esta fiesta visual de los paisajes poco transitados del viaje interior y de los espectaculares parajes naturales por los que se desplaza sin el respaldo de las muletas habituales del melodrama que suele acompañar los pasos de los relatos biográficos que nos propone el cine más comercial.
Esta película es una ventana abierta para tomar aire y respirar el aire puro del ejemplo de conducta bien trabajado desde el respeto al tema y al personaje que conduce a un respeto por el público cada vez más difícil de encontrar en la pantalla grande.
Mi camino interior es una invitación a zambullirse en el cine disfrutado como una experiencia.
Sospecho que hay mucho futuro senderista naciendo ante sus imágenes.
Te gustará si te gustó…
Esta película devuelve todo el poder del cine para hacer que cada película sea una experiencia que marque al espectador y quizá incluso le lleve por un camino nuevo que no se había planteado antes de entrar en el cine. En ese sentido opera, salvando las distancias de tono y objetivos, en territorio cercano al de películas como Tierra de nadie (Alain Tanner, 1985), Nomadland (Chloé Zhao, 2020), Paris, Texas (Wim Wenders, 1984), Hacia rutas salvajes (Sean Penn, 2007), Diarios de motocicleta (Walter Salles, 2004),
Miguel Juan Payán
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp o Telegram para recibir las noticias en tu móvil o únete al grupo AccionCine de Telegram para conversar de cine y hacer amigos.
Todavía no hay contenido que mostrar aquí.
Copyright 2024 AccionCine. Se permite el uso del contenido editorial del artículo siempre y cuando se haga referencia a su fuente, además de contener el siguiente enlace: www.accioncine.es
noreadigital.es expertos en videomarketing