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domingo, abril 28, 2024
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Crítica No tengas miedo (Cobweb) ★★★½

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Crítica No tengas miedo (Cobweb)  película dirigida por Samuel Bodin con Lizzy Caplan, Antony Starr, Woody Norman, Cleopatra Coleman

Terror bien armado con giros argumentales. Por encima de la media del género.

De que va No tengas miedo (Cobweb)  

Un niño carga sobre sus espaldas una realidad cotidiana diurna casi tan inquietante como la que le espera en sus noches.

Crítica No tengas miedo (Cobweb)  

Uno de los problemas que tiene el género de terror es su casi obligada tendencia a repetir fórmulas y nadar siempre en la misma piscina de referencias y propuestas. Eso limita cada vez más la sorpresa de su público de referencia, que además no es precisamente el más justo a la hora de valorar las nuevas propuestas del terror porque al mismo tiempo que pide algo nuevo exige más de lo mismo y rechaza cualquier variante que no le proporcione una ración de sustos las más de las veces gratuito y con frecuencia poco eficaces precisamente por su propia condición de réplica de lo ya visto.

Cuento de terror construido sobre la hipérbole

Al ver No tengas miedo he tenido la impresión de que su director, Samuel Bodin, que ya dio muestras de su capacidad para trabajar creativamente con eficacia no solo desde las claves del género de terror sino también de sus limitaciones en la recomendable serie Marianne (2019), y el guionista, Chris Thomas Devlin, que mejora aquí su anterior incursión en el terror con La matanza de Texas (2022), han tenido en todo momento muy presentes todo aquello que mueve, caracteriza y al mismo tiempo limita o es lastre para el género en el que trabajan.

Los creadores de la película dejan muy claras sus intenciones desde el principio de la misma, centrándose en esas imágenes del niño protagonista en un día a día que visualmente se anticipa ya como una pesadilla cotidiana a la luz del día, luego sazonada con la oportuna ración muy dosificada y realista de abuso escolar sin exageración, y a continuación ponen las cartas sobre la mesa en lo referido a su utilización de las limitaciones del género como sustrato nutritivo para crear su historia mediante el ejercicio de la hipérbole en ese significativo plano de presentación de la casa en la que no solo se marca en guión la celebración de Halloween sino que además se adorna visualmente esa apertura de “cuento de terror” poniendo en primer plano el sembrado de calabazas.

Toda película sólida y bien construida sabe dejar claro al espectador cómo piensa proceder y resume los temas principales y códigos en los que va a moverse en los primeros minutos de su metraje.

Binomio orden-caos

No tengas miedo (Cobweb) ejecuta con elegancia y fluidez en esos dos movimientos la exposición de las claves de su propuesta que claramente consta de dos capas y pone en práctica la fusión que mejor le funciona al género y a la que saca más rendimiento en su búsqueda de contenidos desde el paso al nuevo terror en los años sesenta del pasado siglo, trabajando sobre la inversión del sentido clásico del binomio caos-orden que habita el epicentro del género.

Propone la película invertir el sentido clásico ese pulso eterno que en la narrativa más tradicional introduce el caos como revulsivo de un falso orden cuya fragilidad queda expuesta cuando se manifiestan los primeros atisbos de lo imprevisible frente a lo previsible, según el modelo de las cuatro estaciones del género de horror expuestas por John Clute en su libro El jardín crepuscular.  No tengas miedo (Cobweb) establece lo realmente inquietante ya en lo cotidiano, lo real y lo previsible -los abusos a la hora del recreo y el maltrato en el hogar-, antes de la introducción y pleno despliegue de los elementos del caos de corte más fantástico.

Incluso en la exposición graduada y dosificada de estos últimos, la película establece un barniz de cotidianeidad inquietante en la exposición de las distintas amenazas cotidianas y sobrenaturales que se acumulan sobre las espaldas del protagonista, en la escuela con sus compañeros, en la casa con sus padres, y además de todo eso en las manifestaciones inquietantes que, en otro ejercicio de hipérbole de los códigos del género en sus habituales pretensiones de uso de lo fantástico para expresar los miedos cotidianos, la pincelada de aracnofobia esgrimida en el propio título original como anticipación de lo temido por inexplicable y por tanto inquietante que habita entre las paredes, que junto con el sótano oficia como metáfora del ello incontrolable del protagonista.

Crítica No tengas miedo

Un trío de actores como máquina de terror

Los actos posteriores del niño como respuesta a las amenazas que se le plantean y el verdadero sentido del desenlace de la película darán coherencia a todo el conjunto de esta propuesta que navega con firmeza y buen pulso entre lo posible y lo imposible, haciendo buen uso de la reiteración de momentos de terror que se autodefinen, reconocen y confiesan como arquetipos abusivamente reiterados en el género, pero al mismo tiempo alcanzan una enérgica identidad propia a través de la eficacia y vigor de la puesta en escena y la interpretación. En este último aspecto integra una auténtica máquina de terror el trío formado por el niño, Woody Norman, y sus padres de ficción, interpretados por Lizzy Caplan, que ya demostró su talento en el género que nos ocupa en la serie Castle Rock (2018), basada en relatos de Stephen King y precuela de Misery (Rob Reiner, 1990), dando vida a una versión de la perturbada groupie literaria Annie Wilkes, el papel de Kathy Bates en la película, y el padre al que da vida Antony Starr, más conocido por interpretar al temible Patriota en la serie The Boys (2019), que vuelve a bordar un personaje oscuro desde el dibujo de esa sonrisa que siempre le desfigura el rostro derivándolo hacia lo inquietante y despierta en el espectador la memoria de Jack Nicholson en El resplandor (Stanley Kubrick, 1980). Ya puestos, a pocos aficionados al género se les escapará el papel de inspiración de esta última en No tengas miedo (Cobweb).

Te gustará si te gustó…

Insidious, la puerta roja (2023), The Boogeyman (2023), con claros ecos de inspiración y guiño a El resplandor (Stanley Kubrick, 1980)

                                                     Miguel Juan Payán

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Miguel Juan Payán
Profesor de Historia del cine, Géneros cinematográficos y Literatura dramática

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