Crítica Normas para una página de sucesos película dirigida por José F. Ortuño
Una historia contada en menos de sesenta minutos que demuestra el poder de la narrativa.
De qué va Normas para una página de sucesos
Leo Leiva es un periodista que trabaja en la sección local de una página web donde sus noticias y artículos pasan desapercibidos. Una noche algo inesperado y trágico sucede, lo que le lleva a contar una historia de sucesos y probar el éxito. A partir de ese momento intentará capitalizar esa “suerte” para no perder el éxito que ha alcanzado, llevándole por un siniestro camino.
Divergente, un cambio en las plataformas de streaming
La plataforma de contenido Divergente ha llegado con una apuesta arriesgada, diferente y muy interesante a nuestro mercado. La idea de proporcionar contenido en español, independiente y legal en nuestro país no se parece a muchas cosas que hayamos visto, pero si además le añadimos la idea de que todo el contenido tiene que durar menos de una hora, entonces sí que nos encontramos ante una novedad. Porque sí, hay muchos cortometrajes en Divergente, conocidos y totalmente desconocidos, pero también hay material nuevo, como Normas para una página de sucesos, una pequeña película producida bajo esa premisa.
59 minutos es el tiempo que emplea José Ortuño para contarnos esta historia, a camino entre el thriller y la crónica social, con un reflejo acerado sobre el periodismo, la historia escrita por el propio director junto a Nuria V. Martín, logra comprimir en menos de una hora una compleja historia de personajes interesantes, con una narrativa ágil que sabe mezclar diversos elementos, todos los que encuentra a su alcance. Desde la cámara que graba la entrevista a teléfonos móviles. Con mejores mimbres que muchas películas que se estrenan en las salas comerciales y con un ritmo que nunca decae.
La película demuestra así que se pueden contar muy buenas historias sin alargarlas en el tiempo. Y, sí, por supuesto que eso ya lo hacen los cortometrajes, faltaría más. Pero los cortos juegan con la anécdota, con un momento en el tiempo, no hay espacio para la evolución y el arco dramático completo. Y aquí sí encontramos todo eso. La historia sabe viajar por la vida del personaje central y definirlo perfectamente, dándole un viaje personal intrigante, interesante y completo. Por supuesto, eso redunda en beneficio del ritmo y el interés de ese personaje, pero no permite que los personajes secundarios tengan el mismo crecimiento.
Ajustar el reparto para obtener el resultado adecuado
Tres actores son los que principalmente sacan adelante la historia, y todo gira en torno a la presencia de Raúl Prieto, quien da vida al complejo Leo Leiva. Con muchas sorpresas por el camino, pero el personaje es el centro de todo. Esther Acebo compone, a su lado, el personaje de la sufrida responsable de la cafetería a la que acude Leo, con la que comparte una historia común. Un personaje que interesaría conocer mejor, pero que aporta un análisis magnífico a quién es realmente Leo. Y Miguel Hernández, de quien sólo escuchamos la voz durante parte del metraje y que tiene un giro magnífico también.
Y no necesita más. Bien contada, bien planteada, con una maravillosa fotografía, con unos personajes que nos intrigan… todo en sólo 59 minutos. No podemos considerarla un mediometraje, creo, porque hay películas con esa duración, y Normas para una crónica de sucesos lo hace mejor que muchas de ellas. Con sus pequeños peros, como algún giro excesivo o los personajes policiales, que son demasiado torpes… El resto, es un disfrute de inicio a fin. Una historia breve, pero concisa y realmente interesante, con muchas lecturas y mucho que descubrir. Quiero más historias así.
Jesús Usero
Crítica Normas para una página de sucesos
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