Crítica Oddity película dirigida por Damian McCarthy con Gwilym Lee, Carolyn Bracken, Tadhg Murphy, Caroline Menton
Una película irlandesa que nos trae una nueva y más que interesante perspectiva en el cine de terror
De qué va Oddity
Tras el asesinato de una mujer, su hermana gemela, una mujer ciega con ciertos dones, acaba acudiendo a la casa donde todo ocurrió para intentar descubrir lo sucedido junto al marido de su hermana y su nueva novia, que desconfía de la mujer, quien llega acompañada de un peculiar muñeco de madera.
Notas de color en un género muy trillado
Aparentemente, no hay nada especialmente nuevo en Oddity. La película escrita y dirigida por Damian McCarthy es un compendio de otras ideas e historias, de muchos subgéneros dentro del cine de terror que van desde los fantasmas al cine de monstruos, pasando por los asesinos en serie. Pero el debut del cineasta muestra que hay un director con el suficiente talento detrás de las cámaras como para tomar esas ideas, mezclarlas en las cantidades justas y hacer que funcionen. Algo que si se hubiese ceñido sólo a un subgénero quizá no hubiese logrado. Pero, como en las mejores cocinas, la mezcla de ingredientes que no parecen mucho por separado, en conjunto hacen un gran plato.
Eso es lo que consigue McCarthy, quien sabe cómo aprovechar la idea de la médium, las hermanas, el monstruo de madera (una idea que parte del Golem de la mitología judía), los fantasmas, los asesinos… para darnos una cinta de terror sorprendente y fresca que no intenta reírse ni tomarle el pelo al espectador, sino ser coherente con lo que plantea. Es más, el final es realmente previsible, pero es consecuente con lo que ha ido mostrándonos la película. El director no quiere sacarse un as de la manga para sorprender. No quiere tomar el pelo al espectador, ni jugar a ser más listo que él.
La puesta en escena, la cuidada estética y fotografía, las localizaciones, en especial esa casa que esconde tantas historias… la propia figura del muñeco, aterradora e inquietante, aunque nunca derive en algo tópico o previsible. Porque no es el monstruo que esperamos que sea, sino que es algo más. Y tampoco ocupa demasiado tiempo en pantalla para hacerse un recurso obvio. McCarthy tiene muy claro lo que quiere y cómo presentárselo al espectador en su justa medida. Todo fluye y nos lleva a un relato de terror fascinante y perfectamente equilibrado.
Un reparto que complementa la historia a la perfección
Siendo una película irlandesa, no esperemos grandes nombres en el reparto, pero sí una serie de magníficos actores que saben transmitir y que nos permiten empatizar con sus personajes y con la historia, que, repito, es sencilla y desde cierto momento en la película, previsible. La clave es entender a esa hermana que busca respuestas, aunque las tiene bastante claras. O a esa joven novia que empieza a tener visiones escalofriantes. O a ese marido que compagina su trabajo con la tragedia vivida, de la que no puede desprenderse.
Si sumamos eso a los elementos antes mencionados, a una gran dosificación de los sustos (aparecen en momentos contados y en instantes preciosos para no ser simplemente un adorno, sino hacer avanzar la historia y hacernos entender lo que está sucediendo), y una elegante narrativa y ejecución, nos dan como resultado una película de terror maravillosamente presentada. Una pequeña y grata sorpresa que puede convertirse en una de las cintas de género del año y que la audiencia no debería pasar por alto. Algo que muchas veces hacemos por desconocimiento o porque la película no tiene el suficiente marketing. Si le damos una oportunidad a Oddity, seguro que, siendo aficionados al cine de terror, nos va a dar una alegría.
Jesús Usero
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