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Crítica Oppenheimer película dirigida por Christopher Nolan con Cillian Murphy, Emily Blunt, Robert Downey Jr., Matt Damon, Florence Pugh
Una auténtica obra maestra.
Estamos sin duda ante una de las mejores películas del año, la mejor hasta la fecha y la prueba de que Christopher Nolan es uno de los mejores cineastas de nuestros tiempos. La prueba, una vez más, porque el director ya ha demostrado su valor en varias ocasiones, pero seguro que sus detractores, pondrán nuevamente el grito en el cielo con esta película.
De forma injusta, la verdad. Estamos no sólo ante el trabajo más maduro del autor hasta la fecha, y una clara candidata a las entregas de premios del año próximo, pero, además, estamos ante un ejercicio de prestidigitación extremo en el que el director ha conseguido el más difícil todavía. Lograr que un biopic de más de tres horas sobre un científico, sea una película entretenidísima de ritmo enorme, que nunca se hace aburrida y que nos deja con la boca abierta de principio a fin. Y no era nada sencillo…
Personalmente no tenía nada claro cómo iba a conseguir aquello. Cómo iba a lograr que una película así resultase entretenida para el espectador. Una película llena de explicaciones y exposiciones, de diálogos y de muchos, muchos personajes importantes para la trama. Nolan lo tenía claro desde el inicio, desde la concepción del guión que también corre por su cuenta.
La clave era hacer que todo pasase por un enigma, un misterio, un thriller en el que, pese a que conocemos cómo acaban los hechos, no sabemos qué va a suceder a continuación, y en el que el hecho de contar la historia de Oppenheimer desde su juventud hasta más allá de la creación de la bomba atómica, sea un rompecabezas para el espectador por la forma en la que la misma está contada. El pasado y el presente se entrelazan nuevamente, entre la aventura del científico y el momento en que se recuerda todo desde un estrado. Porque la historia muchas veces convierte a sus héroes en villanos.
Nada de eso sería posible sin la presencia de un reparto descomunal en la que brillan todos, absolutamente todos, desde Josh Hartnett a Matt Damon, pasando por Dane DeHaan, Casey Affleck, Jack Quaid, Florence Pugh, David Krumholtz o Cassey Affleck, pero hay tres nombres que brillan aún con más fuerza y son los de Emily Blunt, Robert Downey Jr. y Cillian Murphy, sin quienes no se entiende la película.
Ella da un toque muy peculiar a un personaje que, como el protagonista, no es nada simpático. Downey Jr. consigue una de las mejores interpretaciones de su carrera, y Cillian Murphy… la película no existe sin su entrega a este papel. Sin su convicción y su fuerza. Sin su serenidad y su elegancia. Mención especial al brillante trabajo de maquillaje y peluquería para reflejar el cambio de época en los personajes.
Nolan, por primera vez en mucho tiempo, construye su película visualmente en base al uso del plano y contraplano. Algo que en otros hubiese sido insoportable, aquí se convierte en partida de ajedrez con el espectador. Porque tan importante es quiénes aparecen como dónde están situados, o lo que tienen en su fondo, que puede ser perfectamente más revelador que el primer plano. O la reacción de un personaje, por encima de lo que dice otro. La película juega con eso, con acciones y reacciones, y nos lleva a un juego del gato y el ratón en el que todo tiene su peso en el plano y en el que debemos seguir las pistas para resolver tan singular caso. Un ejercicio brillante, emotivo y elegante que convierte Oppenheimer en una de las mejores películas de su carrera y, seguramente, la mejor película del año.
Jesús Usero
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