Crítica Sonic 3 La película dirigida por Jeff Fowler
Sonic vuelve con una tercera entrega que es la mejor de las tres películas en todos los sentidos
De qué va Sonic 3 La película
Tercera entrega de las aventuras de Sonic, el erizo, adaptación del personaje de los videojuegos de SEGA, que en esta ocasión se enfrentará junto a sus amigos, Tails y Knuckles, a un nuevo y aparentemente invencible rival, Shadow, quien además llega acompañado del abuelo de Robotnik, lo que multiplica los problemas.
Doble Jim Carrey, doble diversión
Jeff Fowler, director de las tres entregas de la saga Sonic y también responsable del spin off televisivo centrado en Knuckles, lo tiene cada vez más claro en esta saga, que ya nos había dado dos entretenidísimas películas para toda la familia. Jim Carrey es el verdadero rey de la función, en el papel del villano doctor Robotnik, y la única manera de hacer que ese aspecto creciese sin retirar el protagonismo a Sonic y sus amigos era… duplicando a Jim Carrey. Un nuevo personaje, el abuelo del villano, con siniestras intenciones y con momentos hilarantes cara a cara… consigo mismo. Así, sin duplicar las escenas de Carrey, sí se duplica su presencia. Y el disparate sigue creciendo, para bien.
No es el único acierto de la película, que es de largo la mejor de las tres, porque otro aspecto que lastraba las anteriores entregas, también se ha solventado. La relación de Sonic con los humanos interpretados por James Marsden y Tika Sumpter está reducida al mínimo, y siempre en escenas de aventuras y acción, sin volver a repetir los temas sobre la importancia de que Sonic encuentre una familia y se sienta parte de ella. Eso ya pasó a mejor vida y aquí la película se centra en un tema poco habitual en el género familiar, la venganza…
Es el elemento que aporta el nuevo rival, Shadow, y que se refleja en Sonic con el paso de los minutos. El enemigo a batir es un reflejo final no sólo físico del protagonista, también emocional. Lo que lleva a otro acierto, una trama más siniestra, más dramática y más oscura. No sé si es recomendable para los más pequeños de la casa, pero los mayores encontrarán muchos motivos para mantenerse pegados a la película que, pese a sus casi dos horas de duración, pasa en un suspiro. Ese paso a la madurez de la trama, le aporta algo que las otras dos películas no tenían.
Colorido, brillo y un ritmo frenético
Lo que intenta emular Sonic 3 desde el inicio es una sensación de aventura imparable, de ritmo frenético similar al de los juegos originales de Master System II o Mega Drive con los que nos hemos criado. Una vez comienza no se detiene y apenas da respiro al espectador… excepto por un pequeño valle tras el demoledor arranque que le cuesta un poco superar. Pero, a partir de ahí, la película no para un instante y es entretenidísima. Con un humor más contenido, pero igualmente desbordante.
Y con grandes secuencias de acción. Aquí se notan las limitaciones de los efectos visuales, que no son horribles, pero tampoco son los mejores del año. Cumplen su función, aunque a veces muerden más de lo que pueden masticar. Sonic 3 acaba sorprendiendo porque da un paso al frente en lugar de repetir lo mismo que en las dos primeras películas. No va a ser la mejor película del año, pero sabe entretener, divertir, y crear una trama más compleja y oscura, lo que hace que la película sea mucho más interesante y disfrutable.
Jesús Usero
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