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Crítica Till el crimen que lo cambió todo
Sensible y trágica película sobre el brutal asesinato de Emmett Till: un chico de catorce años, torturado hasta la muerte en Money (USA), en 1955.
El 28 de agosto de 1955, el mundo se enteró aterrorizado de la brutal noticia sobre la muerte de un chico de catorce años llamado Emmett Till. El cuerpo del adolescente fue hallado con evidentes signos de golpes y una mortal herida de bala en la cabeza, en uno de los campos de la localidad sureña de Money, en el delta del río Misisipi de la nación de las barras y estrellas. La cineasta nigeriana Chinonye Chukwu recupera esta escalofriante historia real, para elaborar un drama en el que expone la reacción de una madre ante la violenta desaparición de su único hijo.
El guion traslada a los espectadores a la década de los cincuenta en el pasado siglo XX, cuando la segregación racial en Estados Unidos era algo patente en las leyes y a pie de calle. Pese a que el país había luchado en la Segunda Guerra Mundial contra los nazis, en un supuesto alarde en defensa de las libertades universales y la aniquilación de las políticas genocidas del Tercer Reich; en las ciudades y pueblos de USA se negaban los derechos más fundamentales a una gran parte de sus habitantes, simplemente por poseer un color de piel distinto de la epidermis que los segregacionistas concebían como blanca. En esa época, Emmett Till (un chico negro de catorce años) viaja desde Chicago al pueblo de Money, para visitar a sus primos. Una vez allí, el adolescente comete el fatal error de comparar a una dependienta blanca con una estrella de cine y alabar su belleza; lo que genera que sea secuestrado de noche y asesinado sin piedad por el marido de esta y sus secuaces. Al enterarse de los hechos, la madre de Emmett (Mamie Till-Bradley) decide que el crimen de su único vástago no debe quedar impune de cara a la opinión pública, y comienza una batalla sin cuartel y contra el sistema, para que los culpables sean juzgados y metidos en la cárcel.
Chinonye Chutwu recrea con convicción un relato cargado de emociones profundas, en el que sobresale el sorprendente retrato que elabora de la aguerrida y dolorida Mamie Till-Bradley. Este personaje, caracterizado con una enorme precisión dramática por Danielle Deadwyler, es el que dota de singular capacidad reflexiva a una película que vuela figuradamente hacia asuntos más actuales, como el de la campaña de 2013 basada en el lema de #BlackLivesMatter, tras las muertes de varios ciudadanos negros a manos de agentes de la policía estadounidense, en distintas partes del país.
Junto a Danielle Deadwyler, que desborda un sinfín de sensaciones y gestos cuidados para exhibir con verosimilitud el sufrimiento de la increíble Mamie Till-Bradley, el todavía teenager Jalyn Hall aporta el elemento inocente y afectivo del film, en la piel del torturado y martirizado Emmett Till.
El convincente desarrollo del guion permite visionar lo sucedido en Money ese fatídico 28 de agosto de 1955, pero también permite tomar constancia de cómo era la sociedad que dominaba el pueblo y –por ende- las instituciones de los estados sureños de la nación independizada en 1776. Un cuadro humano de enorme claridad, a la hora de mostrar las injusticias cometidas por los blancos para con los negros; y que Chinonye Chukwu activa con las lágrimas y los silencios que desglosan la brillante caracterización de Danielle Deadwyler.
Jesús Martín
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