Crítica Un lugar tranquilo Dia 1 película dirigida por Michael Sarnoski con Lupita Nyong’o, Joseph Quinn, Alex Wolff, Djimon Hounsou
Buena en lo visual, queda en guion por debajo de las dos anteriores.
Quede claro para empezar que creo que es una buena película, aunque se queda algo por debajo de las dos películas que la preceden, y en contra de lo que parecen opinar otros críticos no es la mejor de la franquicia, ni de lejos. Recomiendo revisar con urgencia Un lugar tranquilo y Un lugar tranquilo 2 para no incurrir en la moda del adanismo o, como decía mi abuela, ser siempre afecto al último que llega.
Es más, creo que se queda muy cerca de incurrir en algunos de los habituales errores del franquiciado audiovisual que acaba renegando de algunas de las características esenciales que le proporcionaron personalidad única al original. Por ejemplo el efecto Nueva York como localización de la historia que lleva a tirar de plano general con bichos cuando no toca y además con efectos visuales muy mejorables, lo cual que quema un cartucho visual de plano más abierto en una franquicia donde siempre ha sido clave mostrar lo imprescindible sobre los alienígenas y resolver toda la tensión sin alardes épicos, en planos cortos, respondiendo al buceo constante en el conflicto interno de sus personajes atrapados en su forzado silencio, sin alardes épicos por otra parte contraproducentes, porque en esta saga, como afortunadamente también muestra esta película en su desenlace, la épica está en el interior de los personajes.
Lupita es la película
La película tiene un buen comienzo con su presentación del personaje protagonista interpretado por Lupita Nyong´o. De hecho, Lupita es todo. El alma de toda la película. Y con un personaje que está bien escrito para engancharnos a la historia, que es respetuoso con el talento de la actriz, con el público, y que ha elegido el camino más difícil echándole un par de narices a la hora de volcar el protagonismo de la trama en un personaje en situación límite, sin echarse atrás en el desenlace, aunque el ritmo tenga un bajón poco antes del final. El desenlace le hace honor a esa presentación, a esa identidad y mirada cínica del personaje que vuelve a brillar en el final de su arco narrativo como prometía en principio, pero tiene que enfrentarse a un enemigo interior dentro del propio guion.
Antes de pasar a ese enemigo interior, un apunte. Hay otro personaje presentado en el primer acto con una de las escenas más potentes de la película, defendido por un actor de fuste y personalidad delante de la cámara que sin embargo parece perseguido desde Gladiator por una maldición que parece imponerle la condena de no encontrarse nunca con un guión que le de mucha más cuerda y presencia en pantalla. Djimon Hounsou y su personaje prometen desde su presentación y piden con total fundamento más presencia en la trama de la que les otorga el guion. Lástima.
En cuanto al enemigo interior, y conste que el problema es de guion y no del actor, al que, como decía Jessica Rabbit (Kathleen Turner) en ¿Quién engañó a Roger Rabitt? el guion lo ha dibujado así, es el personaje que irrumpe en la trama para compartir co-protagonismo con Lupita Nyongo, interpretado por Joseph Quinn. Personaje que está en constante contradicción consigo mismo, que carece de conflicto más allá de sus contradictorias reacciones a la presión de la situación que vive, y que tampoco posee arco de desarrollo o personalidad propia más allá de ser una herramienta de apoyo que por otra parte el personaje de Lupita ni la propia Lupita necesitan en absoluto.
Viaje de lo estimulante a lo obvio
Es más, resulta contraproducente porque contagia su debilidad al propio desarrollo del personaje de la protagonista legítima, que durante un tramo de su viaje pierde parte de su carácter y su prometedor cinismo del buen arranque del personaje.
Ocurre algo parecido en el uso de las metáforas y los símbolos que hace la película y resultan más sólidos y estimulantes al principio – morir y renacer literalmente de las cenizas, el río Estix de la mitología griega, frontera entre los vivos y los muertos, el parto o alumbramiento en el agua, el gato…-, que sin embargo hacia el final decae hasta la obviedad por abuso, como si se entregara a un ceremonial para reverenciar uno de esos manuales de guion fríos que quieren explicar con exactitud matemática y andamiaje calculador lo que en definitiva finalmente debe estar regido por el imprevisto y precisamente por ello mágico empuje de la creatividad espontánea.
De manera que Un lugar tranquilo: Día 1, tiene un comienzo muy prometedor con el que es coherente en su primera mitad, pero que finalmente decae con la incorporación del coprotagonista y cuando intenta explicar lo que no es necesario explicar de la protagonista en la parte final de su arco con pelos y señales y de forma bastante obvia y previsible, cuando el personaje de Lupita ya está perfecta y sobradamente explicado desde el principio y afortunadamente recupera esa su verdadera identidad en el desenlace. El buenismo forzado con notita incluida no pinta nada en esta trama y la perjudica.
Eso sí, en lo visual Michael Sarnoski resuelve muy bien y con personalidad, esquivando la falta de personalidad y el pozo de tópicos que suele sepultar toda película de catástrofe ambientada en Nueva York.
Miguel Juan Payán
Crítica Un lugar tranquilo Dia 1
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Crítica Un lugar tranquilo Dia 1