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Crítica Vacaciones de Verano película dirigida por Santiago Segura con Santiago Segura, Leo Harlem, Sirena Segura, Javier García
Menos efectiva que las anteriores películas del director.
Santiago Segura dio hace unos años con la tecla perfecta que medía el interés de la audiencia en cada momento y además supo vender siempre sus productos como nadie. Así pasamos de la saga Torrente a Sin Rodeos, otro éxito de taquilla, y de ahí a la trilogía Padre no hay más que uno, a las dos entregas de ¡A todo tren!, aunque la segunda no la dirigiese él, y a ésta nueva película.
Todas destinadas al público familiar y, hasta la fecha, todas llenando salas de cine. Incluso una de ellas salvando muchos cines en plena pandemia. Pero el estreno de tantas películas, todas ellas efectivas, con la misma o similar fórmula, tan seguidas, han provocado que la misma se vaya agotando, y en esta nueva película se nota ese cansancio. Es menos efectiva que las anteriores. Lo sigue siendo, pero menos.
Hay que tener claro que es más que probable que tanto Santiago Segura como su coguionista desde Sin Rodeos, Marta González de Vega, tienen muy claro cuáles son los objetivos y a quién van dirigidas estas películas. No buscan revolucionar la narrativa cinematográfica, aunque a la industria audiovisual española le han dado un buen vuelco, buscan crear un producto competente, bien armado, con un reparto atractivo, con mucho humor, una duración ajustada y un ritmo medido que embarca a un grupo de adultos en una aventura rodeados de niños a los que no son capaces de controlar.
En este caso, dos hombres que han sido despedidos de su trabajo y se ven en la necesidad de hacerse cargo de la animación infantil de un hotel, llevando consigo a sus respectivos niños, a los que deben esconder para que no les echen del nuevo trabajo. A partir de ese momento se despliegan los elementos antes mencionados.
Leo Harlem y el propio Segura se ponen manos a la obra liderando el reparto, plagado de rostros populares e infantiles, jóvenes talentos que en varias ocasiones habían aparecido ya en las películas de Segura, aunque hay alguna incorporación que merece la pena ser destacada. Por ejemplo, que el papel de Marta González de Vega sea algo mayor que en otras películas, siempre ayuda. La incorporación del joven Rodrigo Gibaja, también es un acierto, y la presencia de Cristina Gallego, lejos de los platós de El Intermedio, también beneficia a la película. Incluso uno echa de menos más tiempo en pantalla de Fernando Gil y su disparatado psicólogo. Pero aunque los actores estén bien, no es suficiente para que la película termine de arrancar, ni para convencernos del todo como las anteriores. Le falta algo a esta receta y se nota a lo largo del metraje.
Divertir y hacer pasar un gran rato, esa era la fórmula, y se nota algo gastada aquí. El humor no funciona con la misma eficacia que en las propuestas anteriores, y el ritmo falla en algunos momentos. Pasan muchas cosas en pocos días y luego, de golpe, todo se acaba. No hay la fluidez que en las anteriores. ¿Sigue funcionando? Sí. Su audiencia estará encantada, y aplaudirá en varios momentos, pero lo hará menos que en el pasado. Quizá sea el momento de darle un giro a todo esto, o quizá otros personajes de este universo nos tienen ya convencidos y estos nuevos no lo hacen tanto. Pero, aunque técnicamente la película no tenga ningún pero, y aunque siga habiendo carisma y buenas intenciones, como película no termina de convencer. Eso sí, yo espero que siga llenando salas de cine, que buena falta les hace.
Jesús Usero
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Película tediosa y aburrida.
Realmente mala.