Crítica Wolfgang (Extraordinario) película dirigida por Javier Ruiz Caldera con Miki Esparbé, Jordi Catalán, Anna Castillo
De qué va Wolfgang
Después del suicidio de su madre, Wolfgang (un niño autista de diez años) tiene que irse a vivir con su padre biológico, al que no ha visto hasta ese momento. El talento musical de Wolfgang y su tendencia a decir siempre lo que piensa chocan frontalmente contra la caótica rutina de su progenitor: un actor llamado Carles (Miki Esparbé). La relación entre estos personajes resulta un descubrimiento para ambos, los cuales deben aprender a establecer lazos sentimentales que pensaban imposibles al inicio de su convivencia. Todo ello ilustrado por un sinfín de situaciones peculiares, en las que florecen los afectos ocultos entre el padre y el hijo.
Crítica de Wolfgang
Javier Ruiz Caldera lleva a cabo una imaginativa y entretenida adaptación de la novela original de Laia Aguilar. El director de Spanish Movie capta con eficacia la fuerza de los diálogos y de las situaciones expuestas en el libro, y los arropa con las brillantes interpretaciones de Miki Esparbé, como el desconcertado Carles, y del joven Jordi Catalán, en la piel del singular y sorprendente Wolfgang.
Tanto el rol de Carles como el de Wolfgang son los que soportan con sus vivencias el grueso del argumento, el cual está construido en torno a la relación entre un padre ausente, por decisión de la madre, y un hijo que reprocha a su progenitor que no estuviera a su lado en los momentos más difíciles de su niñez. La peculiaridad de Wolfgang, motivada por su autismo, genera que la cinta se perciba con claridad a través del punto de vista del pequeño, perspectiva que enriquece la entrada en acción del divertido y esforzado Carles.
Ruiz Caldera refleja con imaginación los cambios progresivos en la manera de pensar de Wolfgang y Carles, y los expone con soltura a lo largo de un guion repleto de escenas susceptibles de lograr la implicación de los espectadores.
La odisea del protagonista de diez años por presentarse a la complicada prueba de un conservatorio musical en París y la ayuda de su padre recuperado inesperadamente marca el desarrollo de una obra que juega con determinación la baza melodramática. Esa carga afectiva contribuye a moldear la humanidad que desprenden tanto Carles como Wolfgang, a los que la música les sitúa en un plano de inspiración sensitiva que canaliza sus alegrías y sus tristezas.
Cada uno de los episodios que componen el metraje de Wolfgang nutre la visión de unidad consanguínea que se refleja al final del film. Una senda a favor de alcanzar la conexión entre un padre y su hijo, que recibe el apoyo de un cuadro de secundarios de enorme potencial artístico; en el que destaca la presencia de Àngels Goyalons, Anna Castillo, Berto Romero y Nausicaa Bonnín, entre otros.
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El título de referencia que viene con rapidez a la mente, tras ver Wolfgang, es Rain Man: la road movie en la que Dustin Hoffman interpreta a un hombre con autismo, el cual tiene que aprender a convivir con su hermano más joven, caracterizado por Tom Cruise.
Jesús Martín
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