Sólo para los más pequeños de la casa. Una película que viene de una saga previa y que sirve de reboot a la misma, con los mismos personajes pero un reparto completamente nuevo, debido a que los niños protagonistas de las tres películas anteriores han crecido demasiado. Destacan ahora los nombres de Alicia Silverstone y Tom Everett Scott como los nuevos padres de esta peculiar familia que en el fondo sigue liderada por Greg, el hijo mediano, quien tiene problemas para aceptar algunas de las cosas que el mundo le propone, y al intentar cambiarlas suele causar desastres de proporciones desorbitadas. Aunque el mayor desastre quizá sea esta nueva película, que sólo disfrutarán los más pequeños de la casa.
La saga Diario de Greg no eran grandes películas, pero sí películas familiares, para todo el mundo, con un aire de aventuras y supervivencia al hacerse mayor, al encontrarse de golpe con la adolescencia, enfrentado al cretino de su hermano mayor y a unos padres que nunca parecen entenderle, además de la jungla que supone la escuela. Todo ese humor blanco en gran medida, todo el encanto y toda la simpatía que desprendían las películas originales, sin ser nada del otro mundo, han desaparecido en esta nueva versión en la que destaca el humor que le pone a todo lo que hace Alicia Silverstone, y sus ganas de reírse de sí misma, y Tom Everett Scott. Ellos mantienen a flote a veces la historia, que peca de un humor escatológico que no termina de funcionar.
Hay momentos en los que sí, como con el cerdito dentro del coche. Pero la mayor parte acaba por cansar. No ayuda el escaso interés de la historia, que roba literalmente la historia de Vacaciones y la intenta adaptar para niños, pero sin pensar jamás en los padres que irán con ellos al cine. Tampoco el escaso encanto del protagonista en comparación, o de su hermano Rodrick, quien aún así tiene algunos de los mejores momentos de la cinta con su aire descerebrado y totalmente descolocado. Es una persona tan simple y ridícula que tiene encanto. El resto son situaciones demasiado vistas una y otra vez, que a veces recuerdan a la serie Malcolm in the Middle, pero con mucha menos gracia.
Se deja ver pese a esos defectos por lo antes mencionado, un par de personajes que acaban siendo simpáticos o haciéndote reír. Pero hay un elemento que roza el ridículo y va más allá de la realización televisiva de la propia película. Hay momentos, personajes secundarios o extras que se quedan mirando a la cámara. Choca tanto (en la feria los músicos) que se hace casi perturbador… y demuestra el poco interés que el propio realizador tenía en la cinta. No sabemos si tras esta nueva película habrá más entregas del reboot, pero quizá sea el momento de dejar descansar la franquicia unos años y esperar a tiempos y guiones mejores. Porque poco interés como cine familiar van a conseguir así. Aunque los niños se rían de cuando en cuando.
Jesús Usero
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