Avalada por mรกs de un millรณn de espectadores, lo que la ha convertido en la pelรญcula argentina mรกs vista del aรฑo en ese paรญs, llega a nuestras pantallas esta comedia amable, tranquila, que sin aspavientos ni grandes objetivos pero que por el contrario, de una manera modesta y casi de puntillas pero efectiva, a buena velocidad crucero y en progresiva gracia, consigue llegar a la lรญnea de meta de nuestras expectativas y convencernos.
Parece que al mal tiempo que nos deja esta crisis no hay nada mejor que aplacarlo con la buena cara que nos puede encajar una buena comedia al dispensarnos una historia que a nuestra conveniencia nos puede proporcionar o un buen lagrimรณn o una buena carcajada , tal sea el capricho de su director porque un tema tan recurrente como es el del intercambio de parejas da para esos dos polos opuestos y para mucho mรกs.
La nota alta o baja en la partitura la marca el objetivo de su director que nos presente el tema como atractivo a experimentar o peligro a evitar y esa serรก la lรญnea de acciรณn a seguir por nuestras neuronas.
Ahora recuerdo aquella fallida pelรญcula del director francรฉs Antony Cordier, ยซCuatro Amantesยป (2012), con una excepcional, como siempre, รlodie Bouchez, buena propuesta y buen arranque pero que se hundรญa en el maremรกgnum de su propio exceso de tinta, rizando el rizo de sus intenciones. El resultado fue un dramรณn de cuerpos que poco excitaban la libido del patio de butacas perplejo ante tanto sobeteo y enredo sin ton ni son sobreexcitado de amargura incomprensible e irreal, encaminados a que nos devore una tragedia que nunca llega a ser tal porque poco calaba, semejante ejemplo, mรกs allรก de lo intramuscular.
A Cordier se le fue la letra a la hora de tomarle el pulso a la melodรญa, cosa que no le pasa, en otro orden de cosas y al calor de otros soles, a Diego Kaplan, realizador argentino versado en el mundo de la publicidad y el videoclip, que en clave, esta vez de humor , nos alegra los dรญas con รฉsta, su tercera pelรญcula, una comedia alta en el tono y en la idea y en eso los argentinos son grandes maestros.
Dos parejas heterosexuales, entradas ya en los cuarenta y con el corazรณn aรบn juguetรณn e ilusionable empiezan a experimentar todas las situaciones posibles y para las que la bendita imaginaciรณn se muestra promiscua y siempre creativa cuando una de ellas, la mรกs aventurera, le propone a la otra, mรกs conservadora, el participar en la experiencia del intercambio de parejas y a partir de ahรญ es fรกcil imaginarnos todo lo que semejante premisa puede dar de sรญ.
Es cierto que ni el planteamiento ni las situaciones nos reportan nada nuevo en el horiozonte pero precisamente eso no viene a ser un problema ya que los actores, el guiรณn, las situaciones estรกn tan bien montadas que nos dejamos arrastrar por la corriente grรกcil e inofensiva pero dulce y amable de sus lรญneas, sin pedirle peras al olmo pero agradeciendo el tiempo invertido en la cocciรณn lenta y amorosa de una receta tan sencilla.
Una pareja entregada, otra intrigada; una mujer curiosa que arrastra a su hombre que se creรญa mรกs convencional de lo que รฉl mismo se suponรญa; el juego que comienza, la diversiรณn que se desata y el conflicto que siempre llega: los celos que siempre aparecen para demostrarnos de quรฉ pasta estamos hechos, en verdad, cuando se trata de lidiar con elegancia y deportividad con estas โlindesโ del corazรณn.
ยฟhay reglas en semejante juego o todo vale si todos consienten?. ยฟQuรฉ criterios marcan las diferencias?. ยฟLo tenemos todo controlado cuando el sentimiento siempre termina siendo el menos controlable de los sentidos?. ยฟY quรฉ papel juegan los latigazos de los celos cuando se nos van estos asuntos de las manos y รฉstos se presentan para recordarnos lo vulnerable que somos ante sus poderosas razones?.
Sin llegar a ser un drama en toda regla, se entiende el curso de los acontecimientos, y esa precipitaciรณn a los infiernos del que se quema ย al haber jugado con fuego y todos sus finales posibles. Coja usted el que mรกs le guste y se adapte a su metodologรญa: estรกn los que redimen, los que castigan, los encaminados a las naturalezas mรกs preparadas y consecuentes y los crueles que sorprenden y en estos casos, la bendita gracias de estos cuentos para adultos siempre serรก el final que nos regale el guionista de la historia porque la vida no siempre es tan terrible ni los personajes tan graves como para resolverlos de manera simple.
Parece que tenemos que pagar siempre un precio por nuestros placeres culpables y nada mรกs lejos de la realidad que aprender a gestionarlos con cabeza pero sin medida y con gracieta pero con realidad y siempre carente de toda moralina que juzgue a nuestros personajes y de paso a nosotros mismos. Esto es lo mรญnimo y รบnico que se le piden a estas historias, esoโฆ.y pasar un muy buen rato!!.
Marta Simรณn.
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