Crítica de la película Ejército de los Ladrones
Entretenido primer spin off de Ejército de los Muertos, con un estelar Matthias Schweighöfer.
Un spin off que se anunció hace tiempo, antes del estreno de la película de Zack Snyder que se convirtió en un éxito instantáneo en Netflix, pero que estaba causando tal ruido en los medios, que interesaba generar este universo ligado al mundo de los muertos de Snyder. Y al frente de este proyecto se puso al actor Matthias Schweighöfer, uno de los protagonistas de la película original, quien además dirigiría la misma, una precuela de la historia de aquella, centrada en su personaje y sus orígenes. Para entender quién es Dieter, tenemos que pasar por Ejército de Ladrones y su trama de robos imposibles, como no podía ser de otro modo.
Quizá ese sea uno de sus problemas. La película no necesitaba en ningún momento ponerse a la sombra de Ejército de los Muertos. Tiene personalidad para ser su propia historia y las piezas que encajan en ambas historias son tan tangenciales que no hace falta el esfuerzo. Lo más interesante siempre es el personaje de Dieter, y sí, eso viene directamente de la película anterior, pero no hay mucho más. Podemos decir que, siendo precuela, no hay muertos vivientes, por ejemplo. O no como podíamos esperar, así que la necesidad de que la película sea una precuela… es escasa. En realidad se trata de una heist movie, como la anterior es cierto, pero con tres robos de tres cajas fuertes por todo el mundo. Y un nuevo equipo de ladrones de lo más peculiar.
Falla el guión a la hora de componer los nuevos personajes y hacerlos interesantes. Más allá de Dieter y la divertidísima forma en la que se acerca al mismo el actor protagonista, el resto son personajes perfectamente intercambiables entre otras películas, y sus actores carecen de carisma, tanto en el bando de los ladrones como en el de los agentes de la ley. Nathalie Emmanuel es la única que aporta algo distinto a la fórmula y su química con Matthias Schweighöfer funciona y es uno de los motivos para ver la película, aunque a veces sobrecarguen esa trama y la hagan algo reiterativa. No es muy sorprendente en ese sentido, la verdad, y, de nuevo, la culpa es del guión.
No es un guión malo, pero tampoco brillante. Y lo que en Ejército de los Muertos se sustituía por la pura energía cinemática de la dirección de Snyder, aquí nunca alcanza ese nivel. No se confundan, porque Matthias Schweighöfer cumple y supera cualquier expectativa, e incluso hace un par de secuencias particularmente memorables. Pero no es lo mismo que Snyder. De hecho hay guiños y homenajes a sagas como Bond, Bourne o Misión Imposible, y se nota en la huida de un robo, la pelea en el banco, el atraco final o hasta la despedida en el muelle. Quizá tarda un poco en arrancar y tendría que durar algo menos (supera las dos horas con creces), pero por lo demás es un producto entretenido, divertido, con un personaje central magnífico y hecho con cariño. Para pasar un buen rato y nada más.
Jesús Martín
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