Crítica de la película El Lobo y el León
Película familiar sobre el respeto y cariño a la naturaleza.
La nueva película de los responsables de Mia y el León Blanco plantea una historia con un león y un lobo de protagonistas y que pretenden llamar la atención sobre nuestra relación con la naturaleza, sobre el amor por la misma y sobre lo importante que es que los animales crezcan libres en sus territorios naturales y no en aquellos lugares que nosotros planeamos para ellos. La película cuenta una historia de amistad imposible que hará que las familias se emocionen y disfruten, aunque sea una historia vista muchísimas veces que nos conocemos al dedillo y que quizá aporta menos de lo que debería en una situación así o con una temática similar.
El lobo y el león se centra en una joven que hereda un terreno y una casa de su abuelo, una isla en mitad de los bosques del norte, llena de vida y de recuerdos para ella. Está preparándose para hacer una prueba en el conservatorio y la paz del lugar es perfecta para prepararse. Pero su vida cambia cuando un lobo y un león acaben en su vida sin esperarlo. La joven conocerá a una loba que tiene un cachorro con el que tendrá que quedarse y criar, mientras un avión que transporta un cachorro de león, se estrella en la isla. Inesperadamente a cargo de las dos crías, la muchacha descubrirá la amistad que surge entre ambos, lo que en su hábitat natural parece imposible, aquí se convierte en una relación que definirá a todos los personajes, aunque el mundo no desee que sigan juntos.
La casi desconocida Molly Kunz es la responsable de llevar sobre sus hombros la historia. Una película en la que tiene muchísima importancia la presencia de los animales y lo que ellos representan en la misma. Sin ellos, obvio, no existe la historia. Pero la energía de la joven actriz ayuda muchísimo, aunque le queden muchas cosas por pulir. De hecho, el talento viene de la mano de un siempre cumplidor Graham Greene, que aporta muchísimo empaque a la película (ojo al momento final con la música y lo entenderéis) Todo ello sazonado con un estilo de viaje de aventuras lleno de bellos planos en la naturaleza y del carisma de los dos animales.
Así que, si el reparto está bien, el mensaje está bien y los actores también, si la dirección cumple… ¿por qué no brilla más la película? Porque el guión no está nunca a la altura. Además del exceso de “moralina” incluyendo un terrible discurso final, los hechos que llevan de un momento a otro resultan no ya increíbles, sino completamente disparatados, empezando por el accidente de avión y posteriormente los dos “cazadores” entrando en la isla. Llega un momento en el que, a nivel dramático, desconectas por completo de la historia y te quedas con la experiencia, que seguro hará que las familias lo pasen bien, pero que olvidarán la película poco después de verla. Una buena historia, sin más.
Jesús Usero
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