Simpático regreso de unos personajes más que conocidos por todos. La nueva entrega de la saga Ice Age ha tardado un tiempo en llegar a nosotros, cuatro años exactamente desde que apareció la última película, que no terminó de funcionar en Estados Unidos aunque sí en el mercado internacional. O, mejor dicho, que funcionó peor en Estados Unidos que entregas anteriores, aunque fue un éxito evidentemente. Pero cuando una franquicia pierde fuelle, y más una animada, conviene dejarla reposar un poco antes de lanzarse a producir otra secuela. Ya entre la primera y la segunda hubo ese espacio, mientras que el resto hubo apenas 3 años. Tampoco hay que esperar tanto como para Buscando a Dory, aunque teniendo en cuenta los resultados de taquilla… lo mismo la clave está en esperar 13 años…
Pero en esta ocasión con cuatro han bastado y tenemos la suerte de que hay varios cambios en la fórmula para hacerla más atractiva con esta nueva historia en la que un meteorito se dirige a la tierra para acabar con toda la vida en el planeta, por lo que el grupo al completo tendrá que encontrar un modo de evitar que el gran cataclismo suceda, si es que eso es posible. Como primer acierto, la película retira a Sid del protagonismo central, dejándoselo por completo a Manny y reduciendo las apariciones de un personaje bastante insufrible, sobre todo con la llegada de su abuela, que sí es el alma de la fiesta y un personaje que gana peso con sus bromas y sus chistes.
Otro acierto, Buck, el personaje al que pone voz Simon Pegg en versión original, un cafre de mucho cuidado, que está como una regadera y que añade mucho humor a la película. Esa es otra de las claves, el sentido del humor recuperado no sólo con Scrat (aunque la “ardirrata” no está en su mejor momento en esta película con aventura espacial. Pero sigue teniendo momentos gloriosos y el personaje se merece ya una película en solitario), sino con ese tipo de personajes bastante disparatados, sobre todo con un punto cinéfilo y seriéfilo muy simpático, con homenajes a Armageddon, Doctor Who o El Planeta de los Simios… el humor es bastante efectivo y hace muy llevadora la aventura.
La pena es que esos cambios han motivado que Diego pierda casi por completo protagonismo en la película, cuando el tigre dientes de sable, del trío protagonista, siempre ha sido el personaje más interesante. Su personaje casi es un cameo en esta película. Está presente, se le ve, pero hace poco o nada, y habla casi menos. Todo eso motiva que la película sea entretenida y divertida, nada más. Tampoco pretende mucho más con su mensaje familiar obvio y demasiado moñón a veces. Entretener y divertir, y lo consigue sin despeinarse. No, no es memorable, pero es bastante más divertida que algunas de las entregas anteriores, aunque se quede lejos de otros productos como Zootrópolis o Buscando a Dory. Tampoco es su liga…
Jesús Usero
COMENTA CON TU CUENTA DE FACEBOOK