La saga mantiene bien el tipo y no da muestra de desgaste frente a las dos primeras.
Para empezar tengo que aclarar que al contrario de otros muchos colegas en esto de la crĂtica de cine, no le hago la ola a todo lo que tiene que ver con James Wan o sus herederos. No soy un “jameswanĂłfilo” ni mucho menos. Pero reconozco que su aportaciĂłn como director al cine de terror actual destaca por personalidad y eficacia frente a la de muchos de sus colegas que intentan triunfar en el territorio del escalofrĂo cinematográfico. AsĂ que desconfiaba de esta tercera pelĂcula de insidious, que además se reviste con el manto de la precuela y para más sospecha es el debut en la realizaciĂłn de su director, Leigh Whannell, guionista de Insidious 1 y 2.  A priori el asunto tenĂa toda la pinta de ser sĂłlo un intento de seguir explotando el filĂłn de los dos largometrajes dirigidos por Wan y de que Ă©ste le habĂa dicho a su colega: “anda, machote, Ă©sta háztela tĂş que yo ya no le veo la gracia a seguir con lo mismo”. O similar. Â
Pero tengo que reconocer que todas esas sospechas han quedado descartadas, y aunque obviamente hay una clara motivaciĂłn de explotaciĂłn de la saga en esta precuela, Whannell se ha puesto las pilas para respetar las claves esenciales que definen las pelĂculas dirigidas por Wan sin limitarse a copiar a Wan. Whannell ha buscado, y en mi opiniĂłn ha conseguido, darle una personalidad propia a esta tercera visita a la franquicia. Su principal acierto es no dejarse atrapar en el espejismo de superar los precedentes y ejercer con modestia su propio papel como narrador en un territorio que no es nuevo del todo, pero sabe sacarle partido a un cambio de protagonistas y escenario respecto a las pelĂculas anteriores. Para ello se apoya sobre todo en un abordaje del personaje de Elise (Lyn Shaye) bien construido desde el propio guiĂłn de la pelĂcula y que con el trabajo de la actriz resulta incluso más sĂłlido que en su papel como secundaria en las dos primeras entregas. Sobradamente forjado como guionista, Whannell no ha cometido el error de intentar cambiar de piel radicalmente y da en el blanco construyendo su pelĂcula con buen ritmo y solvencia narrativa merced a un trabajo que comienza en el guiĂłn y encuentra una prolongaciĂłn fluida, coherente y equilibrada en la direcciĂłn. Creo que ese es el secreto para que esta pelĂcula no se haya convertido en algo parecido al intento de seguir explotando la franquicia de Expediente Warren, otra pelĂcula de Wan, en Annabelle.  Muy al contrario. Insidous, capĂtulo 3, es una pieza perfectamente enhebrada con las dos pelĂculas anteriores que sirve además como coherente prĂłlogo a las mismas y sabe cĂłmo sacarle partido al personaje que ya desde la primera entrega de Insidious era claramente el más interesante de todo el invento. Y lo hace sin exageraciones melodramáticas, esto es, con elegante contenciĂłn, sin convertir a Elise en una especie de figura totĂ©mica para el lucimiento de la actriz, sino con una moderaciĂłn y una madurez que prestan solidez a todo el resto del relato, por mucho que este abunde en el conocido ceremonial de sustos y golpes de sonido como elemento que además es capaz de fabricar varios sobresaltos muy logrados. Whannell ha sabido además trasladarnos el inquietante contacto con lo espectral de la vida de Elise con unas pocas pinceladas y manteniendo un envidiable equilibrio entre su probada eficacia como director y su reciĂ©n inaugurada eficacia como director de gĂ©nero capaz de incorporar alguna imágenes ciertamente inquietantes a la galerĂa de horrores de la franquicia.
Whannell convence y promete. Hay que seguirle la pista.
Miguel Juan PayánÂ
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