Mรกs grande, mรกs รฉpica y mรกs divertida que su antecesora. Ira de Titanes toma lo mejor del cine de evasiรณn de los ochenta para darnos un espectรกculo visual de primer orden en el que lo que importa es hacer recuperar al espectador ese sentido de la maravilla propio de pelรญculas como Star Wars o la reciente John Carter, para darnos noventa minutos de acciรณn y aventuras sin descanso, con momentos ciertamente รฉpicos y mucho mejor resuelta a todos los niveles que la entrega anterior. Sรญ, eso incluye el 3D que tan criticado fue en la primera pelรญcula. Aunque no fue lo รบnico que dejรณ descontentos a los espectadores.
Furia de Titanes fue en 2010 una sorpresa en la taquilla. Su รฉxito arrollador, muy superior al esperado, se debiรณ en gran medida a que se estrenรณ en 3D poco tiempo despuรฉs de Avatar y el pรบblico estaba enganchado al 3D debido a la pelรญcula de James Cameron. Siendo como era una pelรญcula entretenida y simpรกtica, con mucha acciรณn y un gran reparto, en el recuerdo queda una conversiรณn al 3D discreta, en el mejor de los casos, que se hizo deprisa y corriendo, sรญ, pero que no era lo รบnico que ofrecรญa la pelรญcula. La pelรญcula era mucho mรกs. Sabรญa homenajear al clรกsico de los ochenta del que era remake, sin caer en algunas de las debilidades de aquella pelรญcula que protagonizรณ Harry Hamlin, como era el toque infantil del bรบho, remedo de R2D2, o la ausencia de carisma del protagonista.
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Sin embargo hoy todos la recordamos por el dichoso 3D. Y los responsables de la pelรญcula lo saben y han sabido corregir ese error para darle al espectador lo que va buscando cuando entra en una sala a ver una pelรญcula como Ira de Titanes. Mรกs aun siendo una secuela. Mรกs acciรณn, mรกs aventura y una sensaciรณn de estar viendo algo mucho mรกs grande y complejo que en la pelรญcula anterior. Y para ello ha sido vital el cambio en la silla del director, de Louis Leterrier a Jonathan Liebesman, donde el segundo ha traรญdo algo de cordura y coherencia sobre todo en lo que a puesta en escena se refiere.
Tampoco nos engaรฑemos que luego pasa lo que pasa. Esto no es Shakespeare y el que asรญ lo crea lo lleva de colores. Ya lo verรกn por ahรญ, sin duda, pero alguno parece que entra a ver Ira de Titanes como si entrase a ver la รบltima adaptaciรณn de Otelo y asรญ nos va. Esto es cine de evasiรณn pura. Si alguien piensa que el guiรณn va a ser lo mรกs destacado de la pelรญcula, por favor, que se lo replantee, que respire hondo, y que salga de la sala antes de que empiecen las persecuciones y batallas. El guiรณn es sencillo, discreto, busca no ofender, y estรก lleno de homenajes al cine de los 80, llegando a convertirse en un remedo de Star Wars con dioses griegos, y sumando lรญneas de esas que son lapidarias a los diรกlogos. Algo que parece haber tomado todo este tipo de cine desde que se estrenรณ 300.
Pero recordemos tambiรฉn la รบltima pelรญcula de cine de este gรฉnero a la que nos enfrentamos, la muy inferior Inmortals. Recomiendo a todos los detractores de Ira de Titanes que repasen la escena de Teseo y el minotauro de aquella y la comparen con la de Perseo en รฉsta. Narraciรณn, decorados y minotauro incluido. Ira de Titanes gana por goleada. El hecho de que se haya optado por un minotauro de carne y hueso (y quรฉ minotauro), le da un aspecto que a veces, por desgracia, pierde el resto de la pelรญcula. Y el laberinto es visualmente impresionante.
Porque la historia es sencilla, los dioses enfrentรกndose a su รบltimo desafรญo, Zeus secuestrado y Perseo de vuelta a lomos de Pegaso para evitar esta vez que Cronos destruya el mundo. No hace demasiado hincapiรฉ en la historia de amor, ni tampoco se vuelve loco buscando esa seriedad y gravedad que tenรญa la primera y que aquรญ se aligera con bastante sentido del humor, sobre todo de la mano del personaje de Toby Kebbell, un autรฉntico robaplanos. O con la apariciรณn de Bill Nighy, que incluye un homenaje/parodia a la pelรญcula original de los ochenta simplemente brillante. Y es que, ademรกs, la pelรญcula sabe reรญrse de sรญ misma.
Antes hablรกbamos de la coherencia que ha traรญdo Liebesman a la pelรญcula y eso es algo que se nota, por ejemplo, en el cambio de indumentaria de los dioses (Zeus ya no lleva un traje de papel de aluminio), el diseรฑo de decorados (el Tรกrtaro, el laberinto, la playa de la batalla final) o las escenas de acciรณn, como la violenta pelea entre Perseo y Ares o el desenlace final, que no puede por mรกs que recordarnos el asalto a la Estrella de la Muerte de El Retorno del Jedi. Y si alguien no me cree cuando digo que homenajea a Star Wars, observen el diรกlogo de despedida entre Perseo y su hijo.
Y todo ello con un 3D que esta vez sรญ funciona (ojo a la mantรญcora que asalta el pueblo y su cola, o el paseo por el laberinto, sin ir mรกs lejos), una conversiรณn excelente porque aprovecha lo mรกs efectista del 3D y lo pone en una pelรญcula que necesita y quiere ser efectista. Directa, rรกpida y divertida.
En definitiva, Ira de Titanes no pasarรก a ser un clรกsico del cine, pero sรญ supone un entretenimiento de primer orden que en apenas hora y media de proyecciรณn nos da aventuras, acciรณn, รฉpica y una buena colecciรณn de efectos especiales (aunque algunos seanโฆ mรกs especiales que efectos, como los cรญclopes), con poco tiempo para la reflexiรณn y aire a veces de videojuego, a veces de cine de aventuras de otro tiempo. Con un reparto que se lo pasa pipa en sus personajes (los duelos dialรฉcticos entre Liam Neeson y Ralph Fiennes, el aire de hรฉroe por error de Sam Worthingtonโฆ) y unos espectadores que seguro se lo pasarรกn bien con esta secuela. Ni siquiera da tiempo a aburrirseโฆ
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