Crítica de la película Iron Man 2
Lo diré rápido y fácil, como los GEO de REC 2: Iron Man 2 me gusta más que Iron Man 1, y aquélla ya me pareció bastante buena.
La primera entrega de Iron Man era bastante mejor que casi todas las adaptaciones de los superhéroes Marvel que se habían hecho hasta ese momento, con la excepción de las dos primeras entregas de X-Men, y sin la excepción del Spiderman de Raimi, que en su primera entrega no me acabó de gustar, quizá por exceso de moñez babosa y falta de cera limonera de la buena, y en las dos siguientes mejoró algo (vamos que había más leña y más supervillanos y menos besuqueo tontarras para adolescentes), pero sin llegar a impresionarme tanto como a otros.
La segunda me parece aún más divertida si cabe.
Cierto es que, como dice mi colega Jesús Usero, contiene algunas incongruencias de guión (caso del agente de SHIELD que dejan como niñera de Tony Stark y ni se entera de que el pájaro ha volado después de soltarle un discursito amenazador algo soplagaitas, la verdad) y otras que afectan a su función como pieza de la operación de desembarco de los superhéroes Marvel en el cine, como el hecho de que finalmente la relación o vinculación de Stark con la organización que dirige Nick Furia no sea tal y como la proponían en el desenlace de la versión más reciente de Hulk, donde el general Ross encarnado por William Hurt le comenta a Stark su participación en la Iniciativa Vengadores), pero esa falta de coherencia con el puzzle de traslado del Universo Marvel a la pantalla grande no me molesta, porque siempre he pensado que a veces cargamos a las películas con un lastre que no les corresponde, que pertenece a cuestiones ajenas de algún modo a la propia película. De manera que la falta de continuidad que puede observarse en este Universo Marvel cinematográfico actualmente en construcción se me antojan leves para la propia coherencia de Iron Man 2.
Dicho esto, y advirtiendo que, como al amigo Usero a mí también me habría gustado que le dieran más tiempo y participación en el relato a la Viuda Negra (Scarlett Johasson), que no en vano protagoniza la escena de acción mejor coreografiada y visualmente expresada de toda la película (cuestión de alegrarse las córneas, dicho sea de paso), no tengo nada realmente serio que reprocharle a esta película. Obviamente no es lo que fue El caballero oscuro para Batman Begins, ni yo lo esperaba porque obviamente el personaje del Hombre de Hierro, por mucha saga de El demonio en la botella que esgrimamos sus seguidores, entre los cuales me cuento, para demostrar la madurez de sus planteamientos argumentales, no es el Hombre Murciélago: Tony Stark puede protagonizar una caída al infierno, pero Batman directamente vive en su propio infierno. No obstante, Iron Man 2 cumple de sobra con lo prometido, que no es otra cosa que un buen rato de entretenimiento, secuencias de acción y espectáculo garantizado por una historia que al menos funciona y no ofende la inteligencia del espectador, y en la que, si bien el enfrentamiento con los drones y el ataque contra la convención Stark es visualmente confuso, encontramos varios momentos de combate con el villano de turno, servido con eficacia y su muy peculiar estilo por Mickey Rourke (que compone su personaje sobre todo con la voz), que rescatan para el cine el verdadero espíritu cañero de los combates de Iron Man en las viñetas, con los rayos repulsores a tope.
Además creo que han organizado bastante bien la incorporación al relato de Máquina de Guerra, y me parece que Jon Favreau ha captado muy bien la esencia de lo que debe ser una película de superhéroes, tomando prestado el espíritu del tebeo de superhéroes para el cine. Si a ello le añadimos otros detalles, como la química que han conseguido desarrollar Robert Downey Jr. y Gwyneth Paltrow, o la capacidad del primero para dar al cine una de las imágenes más humorísticas, chulescas y al mismo tiempo humanas del superhéroe tradicional, no cabe sino limitarse a disfrutar de este nuevo encuentro con la versión cinematográfica de el Hombre de Hierro.
Eso sí, he echado en falta más cameos, por lo menos de Bruce Banner, aunque el chiste con el escudo del Capitán América está muy bien. Ni al pobre Stan Lee, que sale sólo en plan relámpago, le han dejado lucirse.
Por cierto: ¡Película de la Viuda Negra para ya mismo, por favor!
Lo de Scarlett Johansson me recordó, salvando las distancias, lo de Michelle Pfeiffer como Catwoman en Batman vuelve.
Como dice el amigo Usero: no me importaría que esta mujer me diera una paliza.
Miguel Juan Payán
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