Uno de los directores de cine de acción más brillantes de los 80 y los 90, o incluso de la historia del cine, se vio hace no mucho involucrado en un asunto de escuchas ilegales, en el que andaba metido el detective privado Anthony Pellicano, al que supuestamente McTiernan mandó escuchar ilegalmente al productor de Rollerball, Charles Roven. Interrogado al respecto por el FBI, McTiernan parece ser que mintió y acabó declarándose culpable y pasando casi un año en prisión. Al fin ha sido puesto en libertad, 328 días después, y asegura que sigue empeñado en demostrar su completa inocencia, pero mientras tanto parece ser que ha firmado para rodar su primera película tras la cárcel, una cinta de acción policíaca que tiene por título Red Squad, con una trama que le vendrá como anillo al dedo al director. La Agencia antidroga Americana reúne a un grupo de mercenarios para acabar con un cártel mexicano.
Bajo una premisa similar (he dicho similar, no idéntica), McTiernan filmó una de sus mejores películas, con toque de ciencia ficción, Depredador. Pero además de eso, el director es el responsable de clásicos del género, películas de culto ya como La Jungla de Cristal, La Jungla: La Venganza, La Caza del Octubre Rojo o la ya citada Depredador. Además de otras tan apreciables como El Guerrero nº13 o El Secreto de Thomas Crown, y aquella sensacional gamberrada que era El Último Gran Héroe. Una lástima que acabase con sus huesos en la cárcel tras dos fiascos como Rollerball y Basic. De hecho, sus problemas legales impidieron que se hiciera cargo de la cuarta entrega de La Jungla de Cristal, algo que quizá podría haber arreglado aquel desaguisado y habernos devuelto la franquicia como Dios manda. Quizá dirija la sexta (es un deseo mío, no un rumor). De momento le tenemos de vuelta y esperemos que regrese con el brío de lo que es, uno de los mejores directores de cine de acción que hemos podido disfrutar.
Jesús Usero
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